miércoles, 18 de agosto de 2010

SIMONE. BUENA CINTA ¡¡¡¡


La cinta de Simone trata acerca de un director de cine llamado Viktor Taransky interpretado por el actor Al Pacino, este personaje es un cineasta famoso y a la vez exitoso que parece haber desgastado su talento.
El personaje de Viktor entra en decadencia cuando su actriz principal de la película que está rodando decide abandonar la filmación de la historia llamada “Sunrise, Sunset”. Junto a la perdida de la protagonista, también se pierde la autoestima del director.

La presidenta del estudio cinematográfico lleva por nombre Elaine Christian interpretado por la actriz Catherine Keener es también la ex esposa de Taransky y madre de su hija. Como buena ejecutiva de cine Elaine presiona a cada momento a Taransky para lograr de todos su rodajes un éxito. (Es de imaginarse que todos los ejecutivos de Hollywood se obsesionen por trabajos que les reditúe en números y fama)
En el momento en el que el director Viktor Taransky se siente perdido y no sabe cómo resolverá el problema del abandono de su actriz protagónica aparece un genio informático, un ingeniero que le regala al director un programa para crear personas digitales perfectas. Este programa se llama Simulation One, así Viktor crea una actriz virtual llamada Simone (por la contracción del nombre del programa), dicha mujer virtual es utilizada para sustituir a la actriz que dejó la producción parada.
Viktor edita su película y logra que su actriz virtual empate con los demás actores y hasta con la escenografía, así Simone alcanza fama mundial, es querida por todos, y obviamente la prensa quiere saber acerca de su vida privada.

Viktor logra engañar a la industria cinematográfica, a los espectadores y a la prensa, está en la cima de nuevo, su cinta se convierte en todo un suceso cinematográfico gracias a su protagonista creada por computadora. Simone es todo un éxito en pantalla pero el director se tiene que seguir con la farsa y de que la nueva estrella de Hollywood es de carne y hueso.

Con esta premisa, la cinta de Simone nos hace recapacitar en el poder de Hollywood, en su majestuosa infraestructura, en su poder mediático, en el papel que adquieren los medios de comunicación en la industria cinematográfica, en cómo actúan éstos sin escrúpulos ni ética ante la vida privada de los actores y actrices, la cinta nos hace reflexionar en cómo podemos los seres humanos hacer ídolos de barro, ídolos de la nada, además nos da una idea de lo que significa ser estrella en este mundo frívolo de fantasía y glamur.

Además de ser una crítica a la industria de cinematográfica de Estados Unidos, esta historia nos enseña el cómo son retratadas las mujeres en la pantalla grande de Hollywood, cómo son utilizadas y manejadas por dicha industria.
En una parte de la película vemos como el director escoge, por medio del programa informático Simulation One, las características físicas y habilidades histriónicas de Simone, vemos como combina: La expresividad de una Audrey Hepburn, la voz una Lauren Bacall y la sensualidad de una Sofía Loren, las lágrimas de Elizabeth Teylor con la sonrisa de Nikole Kitman.

Así el personaje interpretado por Al Pacino se obsesiona por dejar a Simone lo mejor retratada en pantalla y fuera de ella, ya que también la supuesta actriz ofrece entrevistas para la televisión.

Vemos como una película estadounidense critica el star system de su propia industria cinematográfica. Reflexionamos por medio de la cinta el tema de la hegemonía y el cine visto en el curso.

En este caso sabemos que Hollywood es sin duda el poder hegemónico mundial del cine “que hace y deshace estrellas en un tronar de dedos”. Todo poder ambiciona un control sobre otros sea por los medios que sean, la mayoría de las veces estos no son éticos, pero el control se sigue perpetuando.

Somos una sociedad mediática pero a la vez ilusa y fácil de engañar, “ya que el ojo cree lo que ve”, como sociedad consumidora de “talentos” nos engañan fácilmente, un ejemplo burdo es el de la cantante mexicana “Fey” quien por muchos años (1997 hasta 2005) logró que se le creyera que tenía 16 años cuando en realidad tenía 24. Esto parece un engaño insignificante e inofensivo pero logró posicionar en el gusto de los adolescentes (hombres y mujeres) todo un “fenómeno de marketing”, y es que Fey no fue una simple cantante, fue un ícono de la moda, impuso su forma de vestir ¡A HOMBRES COMO A MUJERES!, sus canciones las coreaban todo tipo de extracto social y económico. Tanto menores como mayores de edad gustaban de las cancones de Fey, una vez más ganó la mercadotecnia y perdió México.

Volviendo a la cinta de Simone “toca muchos de los temas y clichés del Hollywood actual: actrices y actores que se acuestan con directores, o productores, caprichos de actrices y actores que rayan en lo absurdo, situaciones de control, difusión de prensa, divinización de malos actores, ejecutivos insensibles, etc, etc...”

Un dato curioso que se documenta en el portal de internet CINENGAÑOS.com es que en realidad “… la actriz que encarna (o lo que sea) a Simone (o si prefieren, S1m0ne) se llama Rachel Roberts, lo que pongo pues desde ya presiento la oleada de búsquedas sobre ella. Rachel debuta en cine, de modo que no hay mucho qué buscar, y la ausencia de información de esta modelo (canadiense) es intencional: Niccol la mantuvo en secreto hasta en el estudio (donde se le llamaba Anna Green (como la pantalla verde de FX, la Anamorphic Green Screen), de modo que la sátira de la celebridad y la fama se llevó hasta la producción real de este proyecto .

En general Simone es un buen intento de ir contra la hegemonía de una anera original, amena, y también simpática. Aunque no cumple del todo con golpear a la industria de la cual es juez y parte, esta cinta “se cuece a parte” de las demás hechas por los estudios de Hollywood en donde legitiman TODOS SUS PODERES con efectos especiales y guiones TONTO como la reciente “AVATAR”.

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