martes, 6 de marzo de 2012

Lydia Cacho, una de las feministas detractoras de Gabriel García Márquez. por: Fernando Martínez


Ahora que el sobrevalorado “Premio Nobel de Literatura” Gabriel García Márquez cumple 85 años de vida,  algunos intelectuales han mandado sus felicitaciones al escritor, sólo queremos informarles a todos "nuestros libres pensadores" que la periodista mexicana Lydia Cacho y otras feministas latinoamericanas "no les hace gracia" los libros de García Márquez. 

El Abogado del Diablo transcribe dos textos de la valiente Lydia Cacho donde se expone que el colombiano no sabe la proporción que tienen sus novelas, (en especial en Memorias de mis Putas Trises), en la construcción y concepción del machismo.

En Los Demonios del Edén Lydia Cacho cita a la también periodista Sonia Gómez Gómez:


"Un señor que hace una literatura sexista que a su edad, más bien se hubiese ocupado en contarnos historias que nos den luces para salir de esta noche negra de Colombia... Ya estamos cansadas de que en la literatura se hable de las putas que venden su cuerpo por el hambre y que guarde silencio ante los putos de todas las pelambres que, no por hambre, se acuestan con niños y niñas, para reafirmar sus inseguridades."(1)

Cacho continúa citando:

"¡Por Dios, señora , si eso es sólo ficción!, dirían algunos pero cito a Florence Thomas cuando escribe: El lenguaje es el fundamento de la reproducción del sexismo; es un aparato de construcción y representación de la realidad, y por consiguiente, de la acción sobre ella por medio de elaboraciones simbólicas. A través del lenguaje interiorizamos ideas, imágenes, modelos sociales y concepciones de lo femenino y lo masculino, entre otras. En este sentido no habrá ni devenir femenino, ni nuevos sujetos, si dejamos el trabajo sobre lo simbólico y sobre el lenguaje, todo ese sistema de representación del mundo que conforman los pilares de nuestras identidades". (2)

En otra de sus investigaciones Lydia Cacho nos cuenta:


‎"Una diputada diputada guatemalteca que debatió la prohibición de la prostitución, mientras yo estaba en su ciudad, le entregaron un mensaje anónimo que le advertía que si se metía con el negocio de la prostitución iba a morir violada con palos y machos, para que se le quitara la frigidez. Asombrosamente, ella sabía que la nota venía de un militar de alto rango que controla la prostitución en adolescentes. No pudo hacer nada más que guardar el papelito como un recuerdo de su atrevimiento al retar a los patriarcas a los que Gabriel García Márquez llama "alegres viejos putañeros".

Por cierto trascendió que la editora del escritor de Cien Años de Soledad, Carmen Bacells, aseguró desde Madrid a una radiodifusora colombiana (Caracol) que García Márquez:

“Se puso un poco cascarrabias y pachucho por su edad” (4)

Por último; cuando leí El coronel no tiene quien le escriba, me dormí. Cuando leí Las Esclavas del Poder, mi concepción de hombre cambió. 




(1) Gómez Gómez, Sonia. Citada en: Lydia Cacho (2005) "Los Demonios del edén" El poder que protege a la pornografía infantil. Editorial Grijalbo, México. pág. 184
(2) Ídem.
(3) Lydia Cacho. (2010) Las esclavas del poder. Un viaje al corazón de la trata sexual de mujeres y niñas en el mundo. Editorial Grijalbo. México. pág. 298.
(4) Emeequis. Periodismo-indeleble. 
Fecha de consulta: 6 de marzo del 2012

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