lunes, 26 de noviembre de 2012

Crítica a la telenovela Corona de Lágrimas por: Fernando Martínez

(*)
Desde sus promocionarles, la telenovela Corona de Lágrimas dejaba muy en claro a la tele-audiencia la esencia de su narrativa:

La historia de la clásica madre mexicana; sufrida, dejada,  abnegada y alcahueta, pero MADRE al fin.

El crítico de televisión más importante en México, es Álvaro  Cueva, en su columna llamada EL POZO DE LOS DESEOS REPRIMIDOS del 26 de septiembre Cueva escribió sobre el contexto en el cuál se produjo este melodrama:

Corona de lágrimas fue una radionovela de los años 60 que tuvo tanto éxito que llegó al cine y a la televisión (…) Corona de lágrimas era algo así como un homenaje al Día de las Madres, la historia de una mamá con tres hijos varones, en edad universitaria que la hacían sufrir al extremo.
De hecho se llama Corona de lágrimas porque su autor, Manuel Canseco Noriega, decía que las madrecitas mexicanas se la pasaban tan mal que había que premiarlas poniéndoles una corona, pero no de oro, ¡de lágrimas! ¡Qué horror! (1)

Según Álvaro Cueva en cine esta historia fue protagonizada por la gran actriz Marga López:

“…Que alguna vez me contó, medio apenada, que en esa película lloraba demasiado”.(2)

El trailer del largometraje nos ayuda a comprender qué tanto ha cambiado (de aquella época hacía nuestros días) el concepto de la madre mexicana estereotipada por el cine y la televisión:

Y es que, para el mexicano, la madre  es lo MÁS SAGRADO (así con mayúsculas) y desde tiempos de Don Ismael Rodríguez, a la progenitora se le tiene en un altar, simbólicamente, claro está, ya que en la realidad la mamá del mexicano ha sido relegada a las tareas del hogar.

Esta producción de José Alberto Castro está manufacturada muy al estilo de las películas de Pedro Infante. 

Victoria Ruffo en su personaje de Refugio es la cruza de Doña Lucha (María de Todos los Ángeles) y los personajes que interpretaba DOÑA Libertad Lamarque.
Ruffo merece todo el reconocimiento, no se esfuerza en llorar, sabe hacer su trabajo, y en ésta telenovela se gradúa, demostrando que tantos años al frente de las cámaras no han sido en vano.

Mención aparte merecen los tres hijos que aparecen en la historia:

El personaje de Patricio, el hijo mayor de Refugio, está haciendo lucir al hasta ahora desconocido actor Alejandro Nones

Son los diálogos que salen de la boca de este personaje los que nos hacen sacar chispas a los tele-videntes, nos retuercen el hígado, ya que como mexicanos nos indigna que un hijo sea mal agradecido con su SANTA Y ABNEGADA MADRE.

Mane de la Parra interpreta al hermano menor de Patricio, quien en su actuación como Nacho demuestra que quien “armó el casting de esta telenovela” sabía lo qué estaba haciendo.

De la Parra es el hijo que toda madre mexicana sueña tener; tierno, buen hijo, buen hermano y nada interesado de los valores materiales, siempre deseando que a su madre le vaya de lo mejor y procurando el bienestar de esta.

El tercer hijo que vemos en la historia, es Edmundoel clásico joven que se debate entre la delincuencia y la vida funcional

Parece que a José María Torre no le quedó de otra que regresar a la televisión. Este seudo-intelectual intenta dar saltos al cine, regresa a  las telenovelas porque dejan muy buena lanita, y es que no se le culpa, de algo hay que tragar mientras el Cine nos vuelve a llamar. 

Hablar del “elenco de reparto”, es sin duda hacer un análisis de los personajes uno a uno, porque a veces sí son reflejo fiel de la sociedad mexicana, pero caen en el estereotipo

Me refiero al panadero viudo que se quiere ligar a la mujer sola, a el patrón que explota a sus trabajadoras, al asistente que se humilla ante su jefe, a la niña rica y mimada que pertenece a "la alta sociedad” (Adiana Louvier en su personaje de Olga Alcira), co-protagonistas que Televisa “nos ha recetado” siempre en sus historias. 

Por último reconocer que Ernesto Laguardia ha sorprendido a las amas de casa que lo seguían todas las mañanas en el matutino HOY, ya que pocas veces ha encarnado a un villano tan cínico y déspota.

Sólo esperamos el final de Corona de Lágrimas para ver a Patricio pagar por haber ofendido a su madre, para que el personaje de Andriana Louvier se quede sola y paralitica, y por fin a Refugio, (como a todas las madrecitas de este país), verla feliz porque la Revolución Mexicana por fin le hizo justicia.

En otros países ven las telenovelas mexicanas y se regodean con nuestros dramas, literalmente la cultura mexicana (véase el cine nacional) nos ha demostrado que los descendientes de los aztecas somos llorones, hacemos  berrinche ante los problemas de la vida pero también somos luchones como intenta demostrarnos el documental Hecho en México (Duncan: 2012)

Corona de Lágrimas es más que una simple telenovela. Es la cultura mexicana expuesta a nivel nacional.

Televisa una vez más juega con nuestra cultura. La televisión reproduce (podríamos decir que exageradamente) ese AMOR intrínseco que sentimos “por la jefecita”.

Volviendo a lo que escribió Álvaro Cueva, según el crítico los nuevos guionistas han adaptado excelentemente esta radionovela al 2012, pero el conflicto de clase sigue presente, en los diálogos se nota, escuchamos decir a ciertos personajes:

“No es de linaje, no es familia de abolengo” palabras (ojo, no conceptos) que si bien no las hemos superado, sí las hemos dejado en desuso.


Así que tache para los adaptadores, porque están emitiendo diálogos pasaditos de moda, aquellas expresiones que nuestros abuelos repetían en la época de Doña Liber Lamarque.

Si yo fuera el programador de El Canal de la Estrellas, pensaría muy seriamente en cambiar al horario estelar esta telenovela, pero en este momento da igual, ya que lo que ponga Televisa en su parrilla de las 21 horas siempre será exitazo.

¿Cómo nos explicamos que una radionovela de los ´60 esté gustando en la preferencia de las mujeres mexicanas, en las amas de casa, esas que laboran por la mañana de enfermeras, maestras, costureras, obreras, secretarias o simplemente al cuidado del hogar, esas que están en sus casas a las 16:00 horas y que indudablemente (como nosotros) no resintieron la tentación de “asomarse” a ver esta tele-novela “marca llorarás”, hecha en la fábrica de sueños?

Una respuesta es que la telenovela identifica automáticamente al mexicano, no sólo con la madre, sino con los hijos y hermanos. 

En las historias de vida de los neo-mexicas nunca falta el pariente malagradecido, la oveja negra de la familia, el que no estudió, el que se revela, el vago o el hijo que es tan bueno con la mamá que ésta se apoya en él para cargar su cruz.
Así como afirma el personaje de Doña Lucha, que bien hace la comediante Mara Escalante:

“Los hijos son un eterno viacrucis”.

Cuando vimos la escena donde Refugio le rezó a La Virgen de Guadalupe para que sus hijos “salgan adelante”, “para que Dios la ilumine y así educar bien a sus retoños” dijimos: ¡esto será otro cañonazo!

Y es que la protagonista, además de ser madre sumisa, es obrera explotada, sufre acoso laboral y su patrón “se hace de la vista gorda”, pero como buena mexicana, Refugio con ayuda de Dios y la Virgen aguanta todo.
Parece que el México de finales de los ´60 se “resiste a morir”.

¿Será que aún es verosímil que en la Ciudad de México, en pleno siglo XXI un recién egresado de la UNAM se avergüence de vivir en un barrio y de haberse criado en vecindad?.

Este es todavía el México que ve telenovelas y repite sus estereotipos, ésta es esa sociedad que seguirá llenando los restaurantes cada 10 de mayo, ese México que lleva mariachis a la jefecita, no en vida, sino en la tumba. El único país que sabe cuánto duele que le mienten la madre.

Felicidades a Televisa y al productor José Alberto Castro, que “le dieron de nuevo al clavo” en historia y horario. 

Felicidades a todos los que hacen este melodrama, porque le están echando ganas a su chamba, incluyendo a Don Juan Pelaez quien no disimula que llega un poco pasadito de copas a los llamados.

(*)Todas las imágenes fueron tomadas del portal oficial de la telenovela Corona de Lágrimas. Televisa-Es Más. 
En: http://televisa.esmas.com/entretenimiento/telenovelas/corona-de-lagrimas/fotogalerias/
Fecha de consulta: lunes 26 de noviembre del 2012. 

(1) Álvaro Cueva. “Un refugio para el amor” y “Corona de lágrimas”. El pozo de los deseos reprimidos, periódico Milenio. septiembre 26 del 2012. 
Encontrado en: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9159914
Fecha de consulta: lunes 26 de noviembre del 2012. 
(2) Ídem.

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