domingo, 20 de enero de 2013

Racismo y etnocentrismo en la televisión por Fernando Martínez


Los medios de comunicación como la televisión, el cine, la radio, son importantes herramientas para el ser humano, a través de los conceptos de Tzetan Todorov y su libro “Nosotros y los otros” tomaremos las ideas principales de este autor que da pie a este ensayo que girará en torno a una sola crítica; los mas media a través de los conceptos de: etnocentrismo, sociocentrismo, racismo y racialismo.

Además de Todorov nos apoyaremos del texto la Identidad antropológica de Josep R. Llobera para dar una revisión de casos en que los medios, en especial la televisión, caen en controversia.

Según Tzetan Todorov el socio- centrismo “Es la identificación de toda la sociedad con uno solo de sus grupos sociales”  (Todorov 2007: 23)

En la televisión mexicana (y también la estadounidense) vemos como se intenta identificar a la sociedad con una sola etnia; Por ejemplo las telenovelas mexicanas dejan rezagados a los grupos indígenas y los utilizan sólo en ocasiones para estereotiparlos como pobres y servidumbre. 

Un caso descarado sobre este estereotipo fue el que hizo Televisa con la indígena mexicana en 1989-1990 cuando se transmitió la telenovela Simplemente María, una versión adaptada a la novela argentina del mismo nombre. 

En esta historia se reprodujo a la “María”, la  indígena mexicana que viene de provincia, vestida con rebozo, analfabeta, humilde, inocente y de buen corazón pero lo curioso del dato es que la actriz que representó el personaje fue Victoria Ruffo una mujer que “en la vida real” es de clase alta, piel blanca y no entra en la fisonomía de la indígena mexicana, al menos en rasgos.

Aquí nos encontramos con otro concepto de Tzetan Todorov, el etnocentrismo;  el cual consiste en el hecho de elevar, indebidamente  a la categoría de universales los valores de la sociedad a la que yo pertenezco (Todorov, 2007: 21). 

De manera que podemos decir (sin descubrir el agua tibia) que Televisa y los medios mexicanos han actuado de una manera etnocéntrica cuando se cambia el significado de la clase indígena en el sentido de se les estereotipa, discrimina, haciéndolos pasar por personajes inferiores o de bajo perfil.

Es que la clase alta, a la cual pertenecen los productores y escritores de telenovelas, reproducen su imaginario en la pantalla chica, la idea que la mujer indígena sólo sirve para chacha.

Joseph Llobera en su escrito La identidad antropológica afirmó:

“En un mundo cada vez más homogéneo y brutalizado por la mediocridad de la cultura televisiva, la ciencia pierde valor de uso. ¿Qué futuro puede tener la antropología en un mundo en el que el hombre se desculturaliza mientras que la mujer se hominiza y todos nos desculturalizamos.” (Llobera 2000: 11)

Y es que Llobera se refería a la preocupación que siente por los nuevos antropólogos que cada vez más deben de competir con la banalidad de los medios de comunicación si quieren “ser leidos”.

Josep Llobera dice que  el relativismo cultural es llevado a extremos demenciales. (Llobera,  2000: 15)

Pero hay una diferencia que debemos destacar para no señalar sin fundamentos, Todorov divide dos conceptos que se parecen en forma pero que no son iguales, y con los que seguiremos criticando a la televisión, el racialismo y el racismo.

Según el autor el racialista ordinario no es un teórico, no es capaz de justificar su comportamiento mediante argumentos científicos, el ideólogo de las razas no es necesariamente un racista en el sentido de que comúnmente tiene esta palabra, y sus puntos de vista teóricos pueden no ejercer la mas mínima influencia sobre sus actos; o bien, es posible que su teoría no implique que hay razas intrínsecamente malas (Todorov, 2000: 115)

Así los medios llegan a ser racistas, pero no racialistas, cuando son ignorantes, cuando señalan por señalar sin ningún fundamento. 

La palabra racismo, en su acepción común, designa dos dominios muy distintos de la realidad: se trata, por un lado, de un comportamiento, que la mayoría de las veces está constituido por odio y menosprecio a personas que poseen características físicas bien definidas y distintas a las nuestras; y, por el otro, de una ideología, de una doctrina concerniente a las razas humanas. No necesariamente se encuentran las dos presentes al mismo tiempo. (Todorov,200: 115)

Hay que reconocer que se ha avanzado mucho para evitar ser racista en los medios de comunicación.

Hablando ahora de la televisión estadounidense, a pesar de los movimientos sociales en Estados Unidos a favor de los negros, latinos, orientales y demás razas que no son el norteamericano puro (blanco- anglosajón-protestante), este medio de comunicación tan utilizado en la unión americana ha sido duramente señalado porque sigue presentando a “las minorías” con aspectos dudosamente parciales y objetivos. 

En series como La Ley y el orden se ha documentado que los personajes de ladrones siempre se les da a actores con fisonomía de latinos y afroamericanos. 

Esta tele-serie estereotipó durante muchos años a esas etnias como delincuentes. En ciudades como Los Ángeles o Chicago ver a un negro o un latino en la calle era de miedo.

Aún cuando se debata que en ciertos lugares de Estados Unidos las centrales de policía  arrestaban a más delincuentes con estas características étnicas, la televisión gringa no reflejaba la realidad al 100%, porque en TODO el país las cárceles eran también habitadas por más ciudadanos estadounidenses.

Un caso interesante es el programa que fue premiado recientemente por los premios Emmy a lo mejor de la televisión en Estados Unidos, Modern Family, en la serie producida por la cadena Fox vemos la historia de 3 familias norteamericanas, dos de ellas no son típicas de la sociedad americana; una es constituida como familia homoparental (familia Gay) y la otra como una familia constituida por un señor de edad adulta casado con una latina interpretada por Sofía Vergara.
 Este sit-com televisivo si bien no es la panacea, sí intenta salirse de los estándares sociales que han reinado los Estados Unidos de América durante mucho tiempo, habrá que hacerle un estudio muy exhaustivo para comprobar qué tanto es etnocentrista, racista o racialista y hasta qué punto intenta restar estos conceptos de la mente del televidente. (creemos que es lo segundo)Es un buen empiezo para EDUCAR A la American Family.

Todorov afirmó:

“Declaramos bárbaros a todos aquellos que no se nos parecen (…) No todos los extranjeros son barbaros y no todos nuestros compatriotas son civilizados”  (Todorov,2000: 25)

A mi gusto los creadores de Modern Family intentan REVERTIR LA ANTERIOR PREMISA EN LA MENTE DE SU tele-audiencia.

Pero ojo, este teórico no cree que en aras de ser democrático tengamos que vivir en un mundo color de rosa en el que no existan diferencias y todos seamos tratados como iguales:

“Los bárbaros son quienes creen, que los otros, los que los rodean son bárbaros. Todos los hombres son iguales, pero no todos los saben: algunos se creen superiores a los otros, y es precisamente por ellos que son inferiores; en consecuencia no todos los hombres son iguales. (Todorov, 2000: 25)
Así de paradójico es nuestra existencia humana y así de difícil es entendernos y de encontrar un punto (quizás medio) para coexistir en paz.

Una película que criticó el racismo fue “The Help”, en español la nombraron HISTORIAS cruzadas, en dicha película vemos cómo las sirvientas de raza negra son maltratadas en los Estados Unidos por eso de los años cincuenta.

En The Help conocimos que los blancos no son 100% buenos pero tampoco 100% malos y lo mismo para los de ascendencia africana.

Ya que ahí vimos el personaje de una joven “de raza pura estadounidense” (ojo, puse comillas) la cual tenía el proyecto de escribir un libro en el cual se narrara todo lo que pasan las sirvientas de la época, cómo ellas son humilladas, sobajadas por sus “amos blancos” (volvía a poner comillas) y  es ella quien da a conocer todas estas atrocidades clasistas.

Todorov criticó las ideólogas de La Bruyure que marcaron al blanco como civilizado:

“No solo está convencido de que nuestras leyes son bellas nuestras costumbres refinadas y nuestro lenguaje puro (¿si no, que podría significar todo esto?), cree, además que la blancura del rostro es prueba de no barbarie, ¡He ahí una idea bien bárbara!
Aun cuando supiéramos que la frase de La Bruyure fuese irónica la concatenación de los argumentos no deja de ser inquietante”. (Todorv, 2000, 26)

En la película Historias Cruzadas vimos como no hay buenos ni malos, sino seres humanos.

Llobera explicaría que:

“Ante una generalización más o menos audaz lo que siempre priva es la expresión pero en mi tribu (comunidad) las cosas no son así. Es una forma idiosincrática, pero perfecta para poner punto final a una discusión para exorcizar a los que se permiten el lujo de teorizar”.

En toda la historia de Estados Unidos ese país se ha esforzado siempre en promover  el combate al racismo. Incluso se ha obligado al gobierno y los medios de comunicación a actuar al respecto.

Tomaremos ahora como ejemplo el 11 de septiembre del 2001 cuando el entonces presidente de los Estados Unidos de América George W. Bush afirmó que la guerra contra el terrorismo, la Guerra contra Iraq “Era la guerra entre el bien y el mal”, claro, nunca aclaró quién era el mal y quién era el bien, supongamos que se dio por hecho que los norteamericanos eran víctimas y eran los buenos. El canal de noticias CNN reprodujo este argumento, que hasta hora ha traído una discriminación hacia a los orientales, un racismo ignorante que no sabemos cuándo terminará.
La concordia entre países se ha problematizado cuando La Bruyere (dice Todorov) se pregunta por qué no todos los países del mundo no forman una sola nación se da cuenta de que vivir bajo el mismo techo con una sola persona, tampoco es fácil.

La única diferencia es la que existe entre los individuos; la que hay entre culturas. (Todorov 2000: 27 y 28)

Todorov explicó el fenómeno de sentirse superior y creerse dueño de la razón como nación:

 “Cada nación, convencida de que es la única de que posee la cordura, toma a todas las demás por locas, y se asemejan bastante aquel habitante de las marianas que, persuadido de que su lengua es la única del universo, llega a la conclusión de que los demás hombres no saben hablar. (Todorov, 2000: 30)

En conclusión pudimos reflexionar que los medios de comunicación, en especial la televisión ha sido “perversa” y no ha sido del todo objetiva porque permanecen expuestos los intereses de la clase dominante, la cual es la productora y dueña absoluta de estos discursos llenos de racismo y etnocentrismo.

BIBLIOGRAFIA
Todorov Tzetan, Nosotros y los otros. 1989, Siglo XXI, 2da. Edición Español 2000 México.

Llobera, Josep R. La identidad antropológica. 2000, Barcelona. Anagrama 

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