martes, 1 de agosto de 2017

Entrevistamos a mexicanos radicados en Chicago Illinois, Estados Unidos. ¿Es verdad lo que dicen los medios? Por Manuel Adame

Todos ellos trabajan en distintos negocios dedicados a la comida; ya sea, restaurantes, bares o lo que en México llamamos fondas (restaurantes pequeños)y  son amigos entre sí.

El primero al que llamaremos 'Chano', tiene tres hijas y vive con su esposa en la también llamada ciudad de los vientos; nuestro entrevistado trabaja de cocinero en el bar Fountainhead de la Avenida Montrose. 

Chano ya en su lugar de trabajo, uniformado empieza a encender sus parrillas, al mismo tiempo nos explica:

“Allá (en México) todo el mundo cree que nosotros sacamos dinero de los árboles, ellos no ven que nosotros ganamos en dólares y gastamos en dólares; de una quincena supongamos que gano mil, que para allá son bastante (sic), pero yo esos mil gasto seiscientos de renta; échale, entonces de esos mil ya me quede con cuatrocientos mas el pago de agua, luz, teléfono y lo que necesiten mis niñas, ya mejor me espero a la otra quincena para poder emparejarme, es decir, vivimos al día.”

Y sobre lo que dicen los medios de comunicación sobre que en Estados Unidos están sufriendo racismo y discriminación, “Chano” respondió:

“Aquí, los chinos, japoneses, los árabes son los que realmente son la minoría. Tú llegas a sacar tu licencia a la oficina de tráfico y te dan el cuestionario en español, sí, el cuate que te atiende habla en ingles pero los cuestionarios ya son en español, eso no le pasa a los chinos, ni a los musulmanes ¿verdad?”

Nuestro siguiente interlocutor es Rogelio, él trabaja de bartender en “The Bar on Buena”, tiene 25 años, dos hijos y esposa. Rogelio es originario de Cuautla, Morelos. Él ya lleva más de 15 años radicando en Chicago, lo escuchamos mientras limpia su lugar de trabajo y afirma lo siguiente un tanto en tono de queja:

“Todo el mundo te dice que te vengas para los Estados Unidos, pero nadie te dice que aquí también vas a pagar: agua, luz, renta, gasolina, impuestos, cable. Todo se ve muy bonito si haces la conversión a pesos, pero la verdad es que, quienes vivimos aquí, vivimos al día, es un lujo hacer un ahorro. 

El que es inteligente es el que viene a trabajar aquí y luego se regresa a gastar en pesos, ahí si conviene. Si tú trabajas unos seis meses aquí, y ahorrando puedes llevarte unos dos mil dólares mínimo, ya de jodido, y hasta cuatro mil que vienen siendo unos 72 mil pesos mexicanos.”

Nosotros le cuestionamos a Rogelio que eso es imposible para los migrantes indocumentados. 

Para nuestro asombro él nos revela una táctica:

Rogelio: “Quizás para los mojados (indocumentados) no se pueda hacer eso de ir y venir, pero algunos vienen con visa de turista, como el Ernesto (su amigo) tiene visa y el truco que hacen es que ellos llegan por tierra (camión) y al pasar les dan un permiso en papel para entrar, a comparación de si entraras por aire, porque en el pasaporte te sellan el tiempo que tienes para salir. Pero para los que se cruzan en bus es distinto, luego ya que tienes ese papel solo le pagas a los choferes que van para México.”

Entrevistador: ¿Cuánto se paga?

R: “Unos cien o doscientos dólares para que te pasen el papel”

E: ¿Pero no se dan cuenta que no vas en el autobús?

R: No, porque el chofer cuando llega a la frontera es el que se baja a entregar todos los documentos y rara vez bajan a todos (los ocupantes).

Después Rogelio continúa:

“Los choferes ya son mañosos, y en la frontera para agilizar el paso, quizás sí revisen a los que van arriba, pero el chofer ya lleva todos los papeles amontonados para darle a la migra todos juntos, y ahí van los colados”

“Ahí en el camión es más fácil traerte cigarros, comida y vinos para vender acá. Aquí en Chicago no hay Faros, Ralegh, Delicados, y todos esos cigarros que sí hay en México, solo aquí encuentras mucho Malboro rojo. Mi cuate Ernesto cuando regresa se trae mucho cigarro para vender”.

A continuación, platicamos con Lucia, ella a comparación de los dos entrevistados anteriores es socia de un restaurante de comida mexicana junto con otra mujer peruana. Ella desde los once años llego a Estados Unidos con sus papás, ella ahora habla muy bien el inglés y el español, sin embargo al llegar sufrió por el idioma oficial:

L: “Me metieron a la escuela, pero yo ya tenía 15 años y se me hizo difícil entender álgebra en inglés ¡¿te imaginas?!”

Ahora la entrevistada tiene el deseo de visitar a su familia a su tierra natal Michoacán, ella tiene la intención de ver a sus primos y abuelos, pero necesita de un permiso que le ha dado miedo ir a tramitar. 

L: “Yo quisiera ir a ver a mis primos y mi abuelita, necesito sacar un permiso porque me gustaría conocer mucho México (CDMX), ir a la basílica, el ángel que pasan en la tele, el zócalo. Una amiga fue a Los Cabos y me dijo que no se gasta mucho, aquí hay paquetes que hasta con 600 dólares vas y vienes.

Mis hijos si pueden salir, y cada verano me dicen que quieren ir a México, yo los envío porque aquí se aburren mucho de la rutina, ellos solo van a lago o a veces a un mall (shopping mall). El cine es caro, porque tengo dos hijos que hay que pagarles las entradas, palomitas y refrescos. No siempre los puedo llevar al cine, además de que su papá y yo trabajamos diario”.

Lucia tiene un auto Toyota modelo 2016 que sigue pagando a crédito, su esposo trabaja de pintor en una compañía que se dedica al mejoramiento de casas.

L:"Mi esposo gana bien, él pintando se saca unos quinientos dólares” 

Nuestra interlocutora también coincide con Rogelio:

“La gente se imagina que aquí uno está de mall en mall, de shopping en shopping, de parque de diversiones en parque de diversiones, (risas). Pero no es así, mis hijos tienen que estar mucho tiempo encerrados en casa. ¡Un año tuvimos que ahorrar mi esposo y yo para poderlos llevar a Orlando!, a Disney, y es que en avión sale muy caro, además en carro fuimos conociendo los estados y en Atlanta nos quedamos en un hotelito. 

Aquí uno vive al día, porque ganamos en dólares y gastamos en dólares. Yo estoy cansada de la rutina, no  conozco el mar mas que el de Florida, me gustaría conocer más”

E: ¿Y por qué no planeas más vacaciones si tú eres la jefa?

L: “Porque no hay con quien dejar el negocio, antes había una muchacha que empezó a trabajar en la cocina muy bien; se le dejo las llaves, se le dio toda la confianza, pero luego se empezó a juntar con malas amistades, fumaba mucha marihuana. Después una vecina nos contó que mientras no estábamos ella metía a sus amigos al restaurante y obvio no creo que ellos pagaran la cuenta de lo que comían. Mira, mi hijo la tiene de amiga en Snapchat y ella se pone la cámara para retratarse fumando marihuana, como si fuera un orgullo. 

E: ¿Consideras que este país ya abusó del uso de las drogas?

L: “Oh sí, es muy común eso de fumar Marihuana. Aquí en Estados Unidos el que no encuentra trabajo y es pobre, es el que está enredado con la droga” 

De igual modo, platicamos con Jaime de 38 años, quien también trabaja en la cocina del bar Fountainhead, nos sorprendió que él también coincide en la idea de “que se vive al día”. El cocinero nos ofreció su testimonio:

Jaime: “Mi esposa y yo nos pusimos a ver televisión en inglés, a oír radio en ingles porque es lo que nos preocupaba, el idioma”

E: ¿Y qué opinas sobre todo lo que se habla en los medios de comunicación en México sobre de que acá están sufriendo por Donald Trump?

J: “Mira, Chicago es una ciudad muy amiga de los inmigrantes, aquí yo no hice un stop, que así sean las dos de la mañana debes pararte en donde la señal de la esquina diga stop. Yo tengo licencia, soy mojado, y el policía me paró, la verdad estaba pedo y el policía muy buena onda me levanto la multa y ya. Siempre en las patrullas van dos, un güero y un paisa (se refiere a un estadounidense y un latino/mexicano). Si el paisa se hubiera visto mal, me hubiera echado a la migra, pero solo tuve que ir con un juez.

Así que fui con el juez, pague la multa y tengo que estar yendo a comparecer, ya cuando son casos más graves de robo, golpes o asesinatos pues ya necesitas a fuerzas a un abogado”

E: ¿Entonces Chicago no es, como dicen en la televisión, que entran a las casas y se llevan a la gente deportada?

J: “Toda esa gente que tú ves es gente que tenía más historial delictivo, que ya tiene un proceso pero de años, no solo de ahora con el Donald”

Por último platicamos con Carlos Rosales quien es busboy (garrotero) en un bar del centro de Chicago, cocinero y además hace show de Payaso en fiestas infantiles.

Rosales nos dio la siguiente afirmación:

“A veces los paisas son los que más sienten envidia, son bien calabazas. No es cierto que entre latinos se ayuden. A penas vi un video en que un niño que vende elotes le dice uno supervisor que quite su carrito, y como no lo movió el supervisor le tira su carro al suelo. El otro (el niño) ¡que le reclama! (risa); No, tú eres un pinche racista pinches güeros de mierda, pero el otro le dice: yo no soy racista ni soy güero, soy argentino” (risas)

E: ¿Entonces no se ayudan entre latinoamericanos?

C: “Aquí en Estados Unidos te vas a topar de todo, paisanos que no se meten contigo pero que si la llegas a cagar en el trabajo te dicen de cosas y no se irán a aguantar y te irán a tirar calabaza con el jefe.

Yo por eso intento hacer bien mi trabajo, conmigo no se meten pero he visto como han llegado guatemaltecos, mexicanos o hondureños (sic) al restaurante del centro y veo como entre los mismos se echan calabaza. Para que no afecte tu trabajo es muy difícil que alguien te eche la mano o te enseñe a trabajar. Necesitaría ser muy tu amigo”.

Y sobre la fórmula que tomaron algunos para obtener la ciudadanía en Estados Unidos, la de contraer matrimonio, Carlos Rosales nos cuenta:

C: “Antes sí se daba mucho eso, pero el gobierno se dio cuenta de que se casaban y se divorciaban, se casaban y se divorciaban y pues es que eso era un negocio de las morenas (las afroamericanas) en las que se les pagaba 10 mil dólares por cada matrimonio. Ahora ya no es tan fácil, ahora tú debes comprobar que has vivido mínimo cuatro años con tu esposo o esposa para que te puedan dar papeles”

E: ¿Y cómo lo compruebas?

C: “Si tienes hijos es fácil, pero si no tienes hijos se comprueba llevando los billes (comprobantes de gastos del hogar; agua, luz, internet etc.) que estén a tú nombre algunos y otros que estén a nombre de tu pareja. Y para que te den los papeles se llegan a tardar de seis meses a año y medio.

E: ¿Te piensas quedar en Estados Unidos?

No, ya me quiero ir, allá está toda mi familia, mi novia; aquí de qué me sirve tener una camioneta si no la puedo compartir con mi familia. ¿Y allá en México de qué me sirve una camioneta si me la van a robar? ¿Me entiendes? No todo en la vida es dinero. Aquí me la paso trabajando en la mañana soy bus boy en el restaurante del centro, en la tarde soy cocinero de una barra (bar) y los fines de semana estoy también de payaso, mucho dinero pero poca gente con quien disfrutarlo.

Para finalizar, Carlos nos contó algo sobre los llamados dreamers:

"Aquí en Chicago odian a los hijos de mexicanos, porque ellos hablan español e inglés. Ellos sí que son competencia en el trabajo para los gringos.

Aquí tú llegas a una empresa y aunque no tengan licenciatura, las empresas siempre van a preferir al dreamer, ¿por qué? porque aquí ya hasta para ser garrotero hay que ser bilingüe. ¿Te imaginas? un joven que se mató estudiando en la escuela jamás podrá hablar tan bien el español como lo hacen los de padres mexicanos."

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