¡Paren
esta masacre!
Un aficionado al cine después de ver la película
mexicana mala número nueve de manera consecutiva
Ray
y Ramona son una pareja joven. Odian la injusticia del contexto social del que
son parte. Cada uno desde su nicho, quieren luchar por un mundo más justo.
Entregado al auto sabotaje, Ray fracasa en su rebeldía y arrastra a Ramona en
una espiral descendente que culmina con un acto poético-terrorista. (1)
El lenguaje de los machetes (Kyzza Terrazas 2011) es literalmente como
dice la sinopsis:
Una
espiral
descendente
que culmina con un acto poético-terrorista
o en otras palabras:
La nueva
peor película
mexicana de todos los tiempos.
Si le entendieron al resumen, de eso
exactamente se trata
y
durante 76
minutos sólo pasan
retazos de historias y no existe un argumento lógico.
Para ir de acuerdo
con los tiempos, existen denuncias contra
el Gobierno, pero
esta vez por encimita:
Cinco minutos al inicio
sobre Atenco que
le da el mentiroso título de:
El lenguaje de los machetes
y jamás se vuelve
a mencionar.
Una marcha
de aniversario del 2 de
octubre; decirle perros
a los policías; insultar a
los soldados y
los protagonistas (Raymundo
y Ramona) molestarse por
un retén militar.
También para
que apriete, la botana que consumen, no son:
Papás, chicharrones, cacahuates o
pepitas
sino cocaína, que adquieren con facilidad y consumen
con singular alegría.
Para demostrar que cualquiera puede filmar una película si tiene
los contactos y amigos adecuados, sin importar lo malo
y absurdo de
la historia, Kizzia Terrazas chamacón de 35 años
nacido en
Kenia y de padres
mexicanos:
Nos propone como nudo
de la cinta que después de ponerse
explosivos en
el cuerpo, Raymundo y Ramona
se hagan estallar en:
¡La Basílica
de Guadalupe!
Vista en
uno de los cines
más caros de
la ciudad, Cinemex Plaza Insurgentes en
la Sala 7 en la primera función de
las 13:00 p.m.
con una
excelente entrada de seis espectadores:
El lenguaje de los machetes
Está para dormirse
o salirse antes de
que termine
(1).- Sinopsis oficial de
la película y
de verdad no hay mucho
más.
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