jueves, 17 de noviembre de 2022

¿LOS GRUPOS JUVENILES DE LA IGLESIA CATÓLICA AYUDARON A SUS INTEGRANTES A SER UNIVERSITARIOS DE EXCELENCIA? Por Mayra Villanueva

Son los testimonios de jóvenes que asistieron al Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana (MJVC) (1) entre el año 2000 y el 2009. Estos cursaban la universidad y asistían los fines de semana a su grupo religioso.
Son Javier, Gerardo, Daniel, Norma y Angélica (2), los cinco son profesionistas; con sus experiencias podemos afirmar que, los que en ese momento combinaron sus actividades académicas con la iglesia, pudieron desarrollarse mejor en sus respectivas licenciaturas.

La causa de esto tiene múltiples factores y son los exintegrantes de Jornadas de Vida Cristiana quienes nos lo explican: 

“Y es que en las sesiones de cualquier grupo juvenil perteneciente al MJVC se debatían temas; se hacían dinámicas; se obligaba a que cada uno de los integrantes expusiera un tema, ya sea social, cristiano, político o didáctico; las reuniones no las monopolizaba una persona y se intentaba que fuera variado el conductor que llevara el día para una escucha lo más amena de todo el grupo reunido los domingos por la tarde.” Nos dijo Javier

Luego Gerardo nos narró:

“Y también, debemos comentar que este mismo grupo asistía a misa los domingos (7pm.) para otorgar un servicio. Esto colocaba a los asistentes a leer, recolectar la limosna y dar la ofrenda (pan y vino) al sacerdote. 

Comenta Javier:

"Esto nos lo ponían a hacer nuestros coordinadores. Rolábamos asignaciones. Pero todos le perdíamos el miedo a hablar en público. Incluso leíamos los avisos parroquiales y otros hasta cantaban en misa”.

“Después de la celebración eucarística, nosotros (los jóvenes católicos) asistíamos al café, según que ‘para terminar el día y empezar la semana’. Cabe aclarar que esto no es el caso de todos los grupos católicos de México y no era una obligación ir a echar el café”. Comentó Norma, quien ríe al recordar sus años en la parroquia de su colonia. 

Daniel pidió la palabra para subrayar algo que él dice es relevante:

“Los jóvenes asistíamos al café, no a chismorrear, sino para hablar de temas políticos, sociales y ‘de iglesia’, pero esta vez como amigos.”

El objetivo principal de estos jóvenes y su grupo era realizar un retiro, 100% autogestionado, y por lo menos una vez al año. “Evangelizar al joven por medio del joven” como decía su slogan.

El retiro que autogestionaban estos jóvenes lograba que ellos mismos se dieran pláticas de autoayuda, de tinte cristiano o social. 

Según Angélica, quien duró cinco años sirviendo en el movimiento cristiano y fue coordinadora por un año: 

“En la Jornada se nos metía a una ‘casa de retiro’ un fin de semana por lo menos una vez al año. Conocías a tu equipo, pero nunca a los asistentes que iban por primera vez. Algunos en su vida se habían parado en una iglesia. Era difícil pero no imposible hablarles de Dios”. 

Javier afirmó que el organigrama, los horarios, los temas y la estructura de “La Jornada” fue heredada de los Hermanos Maristas y que ellos sólo tenían que seguir esa fórmula cada año. (3)

Los jóvenes también organizaban vendimias. A las afueras de la iglesia cada domingo, vendían paletas, tamales, pozole para recaudar fondos y tener material, uniformes y la renta de la casa que hospedaría por un fin de semana a estos soñadores.

Todas las experiencias que ganaron estos cinco profesionistas fueron por cada sesión dominical y gracias a su encuentro juvenil anual; porque ellos reconocen que los lunes llegaban a sus respectivas universidades con “armas”, práctica y seguridad.

“Entonces, estas actividades hacían que tanto los organizadores como los integrantes del equipo habláramos a los asistentes (que si bien nos iba llegaban a ser 30 o 40) y esto, poco a poco, hacía que nos relacionáramos con gente que no conocíamos. Y esto nos dio callo para poder enfrentar a los de la Universidad. Recuerdo que yo llegué un lunes bien confiado y con ganas. Mi exposición fue la mejor de la clase”. Afirmó Gerardo, quien en esos años estaba inscrito en la licenciatura de Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Por su parte, Daniel reconoció alguna de las ventajas que daba el pertenecer a estos grupos de Jornadas:

“Algunos aprovecharon el momento para exhibir sus talentos. Otros muy seguros de sí mismos aprovecharon el estar en el grupo y catapultaron sus pasiones. Y algunos se dieron cuenta que son capaces de otras cosas que no sabían que eran capaces de hacer”.

Daniel recordó el caso de Eduardo N. quien deseaba ser diseñador gráfico: 

“Él practicó su pasión por el diseño en las playeras, tazas, lonas y folletos propagandísticos que dábamos para promocionar nuestra Jornada”

Daniel, en esos años estudiaba Comunicación Social en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y reconoció que él también explotó su creatividad por las diversas actividades que realizaban dentro de su equipo católico, porque llegó a trabajar en guiones para la pastorela, editar videos; incluso entrevistó a personalidades y editó la gaceta de la parroquia.

Hoy; Javier es un abogado titulado por la UNAM, trabaja para HSBC en su rama de “servicio al cliente defraudado por tarjeta de crédito”; Norma se graduó con honores del Instituto Politécnico Nacional como ingeniera petroquímica y Angélica se graduó con honores de la licenciatura en Antropología porque usó a su grupo católico como “grupo focal” y de análisis para su tesis.

Así que: ¿llevar a tu hijo a un grupo de iglesia vale la pena?

La experiencia dice que sí y la experiencia de estos cinco mexicanos es la mayor prueba de ello.

Ya que estos profesionistas ahí aprendieron a relacionarse con sus pares, a emplear su tiempo libre en actividades sanas. Conocieron gente de distintos estratos, colonias y quizás estados. Aprendieron a hablar en público. Incluso algunos viajaron en las llamadas “Misiones” y conocieron otras realidades. Se formaron como líderes. Pusieron en marcha su creatividad y al mismo tiempo realizaron actos de caridad. Nunca descuidaron sus respectivas actividades universitarias y estos jóvenes hicieron buenas exposiciones. Como consecuencia subieron sus calificaciones y fueron responsables en sus estudios y con “sus obligaciones de iglesia”. 




NOTAS 

(1) "El Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana (M.J.V.C.) es un Movimiento católico juvenil que tiene como objetivo la evangelización del joven a través del joven, dirigido por jóvenes y asesorado por adultos.”

(2) Para evitar cualquier conflicto de interés nos reservamos plasmar sus apellidos.

(3) Fundado en los comienzos de los años 60, el MJVC. se propagó en varios países como Argentina, Bolivia, México y EE. UU. En México los Hermanos Maristas, Lasallistas y Jesuitas introdujeron los retiros para los alumnos de sus respectivas escuelas.

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