domingo, 5 de febrero de 2023

TVO: LA MAGIA DIARIA DE SU FIESTA Por Mayra Villanueva

A principios de la década de los 90, dos producciones televisivas impactaron en Centro y Sudamérica, y por supuesto, los Estados Unidos:

Nubeluz de la cadena peruana Panamericana Televisión y El Show de Xuxa, en portugués, de la brasileña Telefé.

Los niños mexicanos poco sabían de estos dos exitosísimos programas, ya que la única televisión comercial que llegaba a los hogares era Televisa; en esos momentos la televisión por antena parabólica era la reina, y la televisión por cable comenzaba su auge.

La televisora de Emilio Azcárraga Milmo iba a darles batalla. Con una producción original realizada en el Foro 4 de San Ángel Inn en 1992 Televisa creó TVO.

Para competir con sus rivales sudamericanos, Televisa manda al terreno de juego a sus mejores talentos:

Enrique Segoviano como productor general, Mario Bezares en la dirección de escena, Gabriel Vázquez Bulman en la dirección de cámaras, Anabel Ferreira como coordinadora general y Mapat como productora asociada.

Y en la conducción se apostó por las hasta entonces desconocidas Gabriela Ruffo y Liza Echeverría.

En poco tiempo la audiencia se enamoró del concepto. El show, que un principio duraba treinta minutos, se expande a 60 al aire. El programa se ensayaba sin público por las mañanas y se grababa por las tardes. en épocas donde debía salir el staff de vacaciones se hacían hasta dos programas al día.

A la venta se pusieron sus tres exitosos discos.

Los mensajes que TVO transmitía por medio de sus canciones no eran superficiales: fraternidad, amor, ecología, amistad y una constante mención a Dios, era lo que escuchaban chicos y grandes.  

La consentida de los niños Gaby Ruffo, y para que conste, una anécdota:

En una ocasión una teveita escuchó decir en tono de queja y desilusión a una niña:

“Ah, es Liza”

Esto después de que la menor se dio cuenta que la conducción le tocaría a la de los martes y jueves, y no a la hermana de Victoria Ruffo. 

TVO sabía hacer magia con una fiesta diaria: 

“La Aguja en el Pajar”, “La Frase de la Semana”, “Teveita por un día”, “El Palo Encebado”, “El Corazón De Ramiro”, “El Cachacuas” 

Un barco para jugar y una telaraña para escalar; un “tronco-móvil” y concursos en dos equipos para observar, ese era el constante mundo mágico creado en el Foro 4 de Televisa, que, por cierto, es el foro más pequeño del también llamado “castillo de las estrellas”. 

En ese pequeño plató bien cabían quinientas personas entre niños, adultos, gente del staff, animadores, y las famosas teveitas que encantaban a los menores y de igual manera a sus padres.

Sí, el fenómeno que se dio fue que en cada emisión los realizadores lograban la magia para un público objetivo definitivamente menor de edad, pero que adolescentes y adultos también disfrutaban.

El reconocimiento a la Dirección de Cámaras a cargo de Gabriel Vázquez Bulman. Él y su equipo hicieron maravillas para que en nuestros hogares de lunes a viernes llegara una imagen dinámica, original, profesional. Un trabajo estupendo.

Al final “TVO” no le rompió el corazón a su infantil y fiel tele-audiencia, ya que en los últimos programas el guion marcó que eso era un “final de temporada”, un cierre de etapa y que el proyecto regresaría al aire. Así se buscó que los niños no lloraran por la cancelación del programa y se esperanzaron a que regresaría.

Pero todo un escándalo provocó que los altos ejecutivos de la televisora mexicana programaron en el mismo canal y a la misma hora: “El Show de Cristina” 

A las cuatro de la tarde, el horario que dejaba vacante “TVO” no era una buena idea tener a la reina de los Talk shows en español.

Los padres de familia pegaron el grito en el cielo, ya que la antena parabólica había demostrado a muchos mexicanos el tono picante de la cubana; definitivamente, Cristina Saralegui era sólo para adultos.

TVO marcó una generación. Hoy quisiéramos productos audiovisuales que les hablaran a los menores del valor de la amistad, de la lealtad, del amor, de la importancia de su educación y de la magia de comunicarse con Dios.

En resumen; una buena televisión mexicana que hoy con melancolía extrañamos.

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