Ya puede “cacarearse” que esta película de producción independiente le ganó al "monstruo Disney". La retórica de el David contra el Goliat es válida porque se superó en la taquilla a Indiana Jones un 4 de Julio.
Esta cinta “te hace ver” lo fácil que resulta para la mafia montar un “Hotel VIP para pedófilos”. Triste
Te enternece la inocencia, sufrimiento y esclavitud de los niños. La actuación de Cristal Aparicio (como Rocío),de Lucas Ávila (como Miguel) y un negrito chinito que nos movió el corazón, es para reconocerse.
Hablando de los desaciertos, encontramos dos; a los villanos se les caricaturizó. No hacía falta, ya que la misma historia, como la vida real, nos deja ver que sus acciones son atroces.
La película tiene problemas en la repetición de diálogos:
“¿Qué harías si fueran tus hijos?”. Es la frase forzada a meterse en el guion.
Y esto vuelve a la historia la obsesión de un agente por salvar a la hermana del niño recién conocido que rescató y no en seguir con su trabajo de investigación, cateos y detenciones.
En la escena clave, la que le da sentido y nombre a la historia; más de 50 niños liberados de sus captores y que se ponen a cantar, bailar y jugar, esa escena no debió de ser musicalizada, debieron dejar el SONIDO AMBIENTE, pues ese es el AUTÉNTICO SONIDO DE LIBERTAD. Al menos eso lo notamos en la versión doblada al español, quizás en su versión original ese error no ocurre.
La canción de Shakira “Pienso en ti” (1995) es introducida al final de la película.
Es un acierto haber puesto esta obra del disco “Pies Descalzos” de la cantante colombiana más famosa; una melodía nada conocida para la mayor parte del público, pero que se acopló perfectamente letra con el clamor de un padre que le fueron arrebatados sus hijos.
Jim Caviezeel actúa como todo un hombre valiente de la CIA (diría mi tía Licha).
Caviezeel tiene una peculiaridad: comunica con los ojos.
¡Increíble todo lo que el actor puede decirle al espectador con su mirada!, sólo necesita que la cámara le dé un buen encuadre y sin necesidad de un big close up el actor de “La Pasión de Cristo” deja ver en su rostro hasta lo que dicen sus pensamientos o lo que se supone su personaje está conteniendo.
El director, Alejandro Monteverde, nos pone todo el tiempo un juego de claroscuro, una constante imagen de luz y sombra-luz y sombra.
A contraluz pasan las escenas, y esto se junta con el ritmo narrativo que también se torna obscuro, triste y muy recto, sin curvas narrativas que en algún momento la película pude llegar a aburrir. Son sólo tres diálogos que logran sacarle una sonrisa a la audiencia. De ahí, no más “bromas”.
La cinta abre con la maniobra de una ex Miss Universo-hondureña que engaña al padre dos niños para hacer una audición.
Después de que la película nos da la premisa de la historia entra un collage de las cámaras de seguridad (suponemos que son de todo el mundo) dónde se observa cómo los delincuentes se apropian de las infancias. Este es un clip desgarrador. Fue un acierto al ponerlo como “introducción de la película”.
Hubieran terminado la película con la canción de Shakira (“Pienso en Ti”) y el montaje de cientos de videocámaras de seguridad con el robo de los menores, porque así creemos que Tim Ballar nos cuida y que no hay necesidad de preocuparnos en un mundo siempre peligroso para los niños más vulnerables.
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