sábado, 12 de julio de 2025

NI MALO NI BUENO: SIMPLEMENTE JAMES RODRÍGUEZ Por Mayra Villanueva


Futbolista talentoso. Carismático. Reconocido especialmente por su actuación en el Mundial de Brasil 2014.

A lo largo de su carrera tanto analistas, como aficionados, le han hecho estas críticas:

1. Muestra irregularidad en su rendimiento

James ha tenido momentos brillantes (como en el Real Madrid o en la Selección de Colombia), pero no ha logrado mantener un nivel constante. Su rendimiento ha sido muy intermitente, lo que ha afectado su continuidad en equipos grandes.

2. Problemas físicos y lesiones

Ha sufrido repetidas lesiones musculares, especialmente en los últimos años, lo cual ha limitado su capacidad para jugar con regularidad. Esto ha generado dudas sobre su estado físico y su disciplina de entrenamiento.

3. Decisiones de carrera cuestionables

Algunos expertos han criticado sus decisiones profesionales, como fichar por clubes con menor competitividad en lugar de luchar por un lugar en equipos de élite. 

Algunos ejemplos son su paso por el Al-Rayyan de Catar en 2021, fue visto como una salida prematura del fútbol de alto nivel. También su llegada al Olympiacos de Grecia no cumplió con las expectativas.

4. Actitud y profesionalismo

En algunos equipos se ha cuestionado su actitud, especialmente cuando no es titular. Se ha dicho que le cuesta aceptar el rol de suplente y que eso afecta el ambiente en el vestidor. A James se le ha vinculado con cierta falta de autocrítica o compromiso cuando no se le dan las cosas.

5. Declive precoz

Dado su talento, muchos esperaban que James tuviera una carrera más prolongada al más alto nivel. Sin embargo, desde los 27-28 años empezó un visible descenso, algo que genera la percepción de que no explotó al máximo su potencial.

A pesar de estas críticas, es justo reconocer que James Rodríguez es uno de los jugadores más talentosos que ha dado Colombia, con logros importantes y un legado significativo, especialmente en la Selección Nacional. Las críticas no opacan su calidad, pero sí invitan a reflexionar sobre cómo la gestión personal y profesional influye en una carrera deportiva.

CRÍTICA DE LA PELÍCULA NUESTROS TIEMPOS POR MAYRA VILLANUEVA

Que una película mexicana toque el tema del viaje en el tiempo, siempre suena delicado; porque México no ha brillado por hacer historias futuristas, pero “Nuestros Tiempos” es verosímil, es creíble.

Además, esta no es una película empalagosa. No es sexosa. No es repetitiva, ni aburrida.

Lucero llena la pantalla. Le crees. Es una lástima que desde hace más de veinte años (2004) con la película "Zapata" no la hayamos disfrutado en los cines.

La pareja protagónica (Benny Ibarra y Lucero Hogaza) hacen clic en pantalla, los dos tienen la química para hacernos creer que se aman. 

¿PODRÁ EL AMOR QUE SE TIENEN ESTOS DOS CIENTÍFICOS VENCER AL PASO DEL TIEMPO?”

La frase / premisa de la película pone el nudo dramático en la paradoja de que era mejor que los esposos no descubrieran, ni vivieran, lo que el futuro le tiene reservado a los dos sexos. 

La historia retrata a la perfección “nuestros tiempos modernos”: donde el celular tiene cautivo a cualquier individuo que transita por la calle, y donde en “nuestros tiempos feministas” un científico (de la década de los 60) es desplazado e ignorado por su propia comunidad académica

Podemos decir que la película subraya (si se quiere ver así) que en el 2025 estamos viviendo “tiempos de y para las mujeres”, para desgracia de los hombres. 

“Nuestros Tiempos” es un claro recordatorio del poder, impacto, trascendencia e importancia que tiene la Universidad Nacional Autónoma de México para el país. Por eso, repetimos, es verosímil un par de físicos en busca del sueño de viajar en el tiempo desde un laboratorio de la UNAM.

El final es un tierno y conmovedor final, que pone el amor por encima de los egos y vanidades de los científicos. 

Una buena historia. Recomendable para ver en fin de semana. 



miércoles, 2 de julio de 2025

SIX FLAGS OAXTEPEC: UNA EXPERIENCIA QUE HAY QUE VIVIR Por Manuel Adame

Este lugar no tiene pierde. 

O como dirían los españoles: 

“NO TIENE DESPERDICIO”:

El agua de las albercas, el río, los toboganes. Todo limpio. Las instalaciones cumplen con los estándares de calidad.

Desde la entrada hay una zona de lockers. (Precios caros para lo que se ofrece)

La zona de comidas no es espectacular, pero podrás alimentarte bien.

Uno de mis lugares favoritos es el río, ya que está extremadamente limpio, seguro, pues es bajo su nivel, y puedes caminar si no alcanzas a tener una dona inflable. 

El río le da la vuelta al parque, así que podrás dejar tus sandalias en un punto sin problema, porque volverás a regresar a éste.

Uno de “sus defectos” son las filas que vas a encontrar, pues, para subirte a una atracción tardarás hasta más de media hora.

Otro inconveniente es que los precios del acceso a adultos, según su página web es de $550 MX. 

Para los que viven en Morelos y los adultos mayores, al momento de escribir este post, el precio es de $250 MX. (1)

La temporada recomendada para visitar este parque es en los meses de primavera (marzo, abril y mayo), ya que desde junio las lluvias comienzan en el estado de Morelos.

Todas las albercas cuentan con calefacción. Incluso dan ganas de quedarse a nadar en el espacio destinado al término del tobogán.

                                        
Sin duda alguna Six Flags Oaxtepec es un lugar divertido. 

Se recomienda llevar a niños mayores de 10 años para que puedas subirte con ellos a todos los toboganes; los niños muy pequeños puede que no se diviertan tanto debido a los vértigos y por supuesto que es peligroso para él por su estatura y peso. Sólo hay un espacio para niños pequeños y el chiste de este parque acuático son sus intrépidos toboganes.


(1) Precios en taquillas de Sigs Flags Oaxtepec según su página web.

Admisión General (mayor de 1.20 m): $550.00 c/u

Admisión General (menor de 1.20 m): $199.00 c/u

Embarazadas, Personas con Discapacidad y Adultos Mayores con INAPAM: $250.00 c/u

Ciudadanos del Estado de Morelos (con identificación): $250.00 c/u

Fuente: Six Flags 

Encontrado en:

https://www.sixflags.com.mx/hurricaneharborox/store/tickets?utm_source=aonsem&utm_medium=cpc&utm_campaign=hhox2025&utm_term=category&gad_source=1&gad_campaignid=20954024782&gbraid=0AAAAABuAFLXzHBgtRHG1QBsp9ZbmKBcMP&gclid=CjwKCAjwsZPDBhBWEiwADuO6y1r9uoktT_SqU2IrH-GO5-EfUEsJN7scZyQzRjCzDRMwn3o_L5FHGBoCwEEQAvD_BwE

martes, 1 de julio de 2025

GIANFRANCO FUSCALDO ALBINO: EL OSITO DE COLOMBIA Por Mayra Villanueva

 

Gianfranco Fuscaldo Albino nació de una familia muy humilde; desde muy pequeño fue abandonado por sus padres y estuvo mucho tiempo al cuidado de sus abuelos.

Desde Barranquilla, Colombia, Gianfranco experimentó la homosexualidad desde su adolescencia dejándose poseer por todo tipo de hombres.

El abandono de sus progenitores dejó en Fuscaldo Albino un sentimiento de abandono, de desamor y de soledad que Gianfranco intentó llenar con sexo gay. Gianfranco utilizaba todo tipo de redes sociales y apps homosexuales para tener contactos íntimos con su propio sexo.

Gianfranco llegó a tal grado, que contrajo enfermedades de transmisión sexual como la hepatitis tipo b y el VIH.

Gianfranco se dice arrepentido, “exgay” pero ya es demasiado tarde. Su pasado homosexual le grita a la cara cada día y sus movimientos afeminados lo delatan cada momento.

Pero si algo tiene Gianfranco Fuscaldo Albino es que tiene un corazón de mujer: llora, ríe y patalea en una misma hora. Es sensible como flor.

Los que conocen a Gianfranco Fuscaldo Albino saben que a veces “está en sus días”. 

En Barranquilla podrás encontrar a Gianfranco Fuscaldo Albino quien fue nombrado como:

EL OSITO DE COLOMBIA.

lunes, 30 de junio de 2025

LA MUERTE DEL AMOR REAL Y EL NACIMIENTO DEL AMOR CONVENIENTE Por Geovanny Debrás Jiménez

Hasta una campesina que de pronto se hizo profesional y mejoró su poder adquisitivo ahora piensa en una cirugía plástica, como algo normal y ya incluso legitimado en el espacio social.

Cambia de novio por uno con mejor estatus (aunque sea engañoso) y el novio se convierte sólo en una mampara para cumplir con un rol social. 

Y el hombre, por su lado, busca una mujer físicamente hermosa, sensual, que sea una compañía que incite la admiración de los demás, que le otorgue estatus de poder y respeto, aunque no la ame. 

Y no importa que esa belleza sea artificialmente evidente, producto del bisturí, mientras genere admiración.

Por ejemplo, una mujer operada con senos de silicón puede ser identificada con facilidad, pero no por eso deja de ser deseada.

El hombre que tiene éxito con las mujeres es aquel que les brinda esa separación emocional, esa individualidad cerrada e impenetrable. La mujer se emboba ante ese derroche de libertad brindada por el macho, pero se auto engaña porque no es posible pensar que sea gratuita.

Por su lado, el hombre astuto y moderno maneja sus otras historias y aprovecha esas distancias en el camino a lo que pareciera ser una poligamia mutuamente conveniente. Y muchos se podrán alarmar al leer esta aseveración, pero no cuesta mucho pensar, que ya en el mundo occidental se vive quizás de manera mojigata, una poligamia no formal, ni socialmente aceptada, pero sé real y visible.

Es la poligamia en la que el amor no interesa, sino que el sexo se plantea como eje central de contacto y de relación entre las personas. 

Es el precio que se paga por no tener que darle explicaciones a la pareja, por poder conservar en amplitud y auto engaño, la libertad mal entendida de la modernidad o de la posmodernidad si así lo prefiere.

En palabras de una joven poeta costarricense: 

“Hay días que te quiero/ y otros en los que pierdo el derecho” (Alejandra Castro, No sangres).

En la actualidad es posible encontrar muchas manifestaciones sexuales de gran amplitud que, aunque permiten una mayor exploración de las pasiones y de la sexualidad humana en sí misma, pueden también entenderse como una consecuencia de esta forma materialista, individualista y conveniente de ver el mundo.

Y no hablamos de las preferencias sexuales como el homosexualismo o el lesbianismo, sino de las nuevas posibilidades heterosexuales como los swingers o en lenguaje común, la legitimación de compartir a la pareja.

Es desde una perspectiva individualista, la idea de poseer otros cuerpos pero de continuar con la relación base, sin compromisos adquiridos. 

No obstante, mal enfocada, esta modalidad sexual puede generar la ruptura de parejas por la carencia de lazos emocionales, espirituales y amorosos consolidados o fuertes, producto de una relación sustentada en ese personaje llamado amor.

El fenómeno swingers es la solución a esa ansiedad moderna por poseer, en el vertiginoso ritmo de vida contemporáneo, a otros cuerpos, pero no de comprometer con esos otros cuerpos una filiación mayor que la meramente sexual; es la búsqueda de ampliar los placeres sexuales; no de ampliar los lazos amorosos que puedan exponer la propia sensibilidad.

Y esta situación no es más que la extensión de esa necesidad poligámica conveniente de la sociedad occidental de nuestros días. Es la separación emocional que se otorgan como licencia irrefutable los hombres y mujeres que no quieren comprometer su individualidad ante una relación más comprometida con el o la compañera.

Y digámoslo con claridad: es también la forma de hacer visibles, pero permitidos, los inevitables engaños y traiciones que viven, enmarañados en la modernidad, los amantes en este milenio. 

La forma de superar emocionalmente el engaño de vivir una relación sin amor, porque el amor, como se viene afirmando, se ahoga en esa urgencia material y egoísta que predomina.

El amor sigue siendo el fantasma. Ya no se justifican las relaciones por el amor que se le tiene a la otra persona, al contrario, como hemos visto, solo se justifican en términos materiales, de estatus personal, de individualidad.

En "El Arte de amar", Erich Fromm plantea con certeza que el amor al final es admiración hacia el otro. Pero la admiración que domina en este momento ya no es la que tiene que ver con la inteligencia, la sensibilidad, de la otra persona, su vocación humanista o espiritual, sino que se justifica en lo material.

El amor, entendido como el máximo sentimiento que pueda tener una persona, es suprimido y sustituido por razones de estatus y aceptación, por el dinero que aparentemente genera comodidad y estabilidad, pero que en el fondo sigue produciendo separación, angustia emocional, engaños colectivos, vacíos existenciales, negación de lo espiritual y, en consecuencia, negación de la propia naturaleza humana.

Es la muerte del amor real y el nacimiento del amor conveniente, especie extraña que se desvirtúa en su raíz. El amor por su propia naturaleza no es conveniente, no existe.

El amor es invisibilizado en estos tiempos, se pasea triste y reprimido como un fantasma que no puede salir a la calle, porque teme ser apedreado y humillado, y en consecuencia, llegar a sentir ese dolor insoportable del que ama y es traicionado por quien es la razón de su existir, de su amor.

Pareciera ser la elección entre vivir sin amor o morir con él. Pareciera ser el momento de cantar con Joaquín Sabina:

“Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren".

Quizás podríamos entender que para amar en la actualidad hay que saber que la muerte circunda y amenaza, porque tarde o temprano terminamos descubriendo que el amor en sí mismo ya ha fenecido, que sólo es un fantasma que anda asustando los corazones de los incautos seres humanos que, contra corriente, insisten en tratar de resucitar algo de ese fantasma.

Y por eso no es difícil entender que las canciones de amor inunden el repertorio musical, en función de presentarse como esa anestesia colectiva contra un mal vivencial, de todos los días, un mal que se introyecta en forma de contradicción, de infeliz incoherencia que corroe los cimientos del ser humano.

Tampoco es de extrañar que surjan también nuevas expresiones musicales que escriban sobre esa realidad, al final de cuentas nuevas expresiones culturales que intentan visualizar esta desafortunada etapa de la muerte del amor.

En la poesía contemporánea, asimismo, existen muchos ejemplos de este desencanto hacia el amor como tema idealizado, humano.

La época del romanticismo cedió y la poesía ahora prefiere hablar de amor frustrado, inconexo, desilusionado. Por eso parafraseando de nuevo a Sabina tal vez sea permisible decir que “el asesino sabe más de amor que el poeta”.

Estamos de frente al asesinato del amor y ni el poeta lo puede salvar.