La compañía automovilística Mazda fue fundada en Japón en 1920, es un fabricante de automóviles con sede principal en Hiroshima. En el 2005, produjo casi 800.000 automóviles con ventas en Japón, Europa, América del Sur y Norteamérica. Ford Motor Company tiene un 13 % de las acciones de de la compañía automotriz.
Mazda sacó al mercado desde el 2007 toda una línea de automóviles y camionetas en México, Estados Unidos, Japón, y Colombia, la campaña publicitaria que uso esta empresa japonesa para dar a conocer todos sus vehículos fue bautizada como: Zoom-Zoom.
Dicha campaña publicitaria está ahora esparcida por lo menos en los cuatro países arriba mencionados, en ella se resalta por medio de su eslogan la emoción que surge del movimiento. No son sólo comerciales para vender, son una serie de anuncios que intentan transmitir toda una ideología.
En el año 2007 se transmitió este anuncio, aunque salen niños “de tipo europeo” el comercial nos “vende” la relación “clave” entre la emoción por el movimiento en nuestra infancia y la que tienen ahora los adultos por los carros:
La niñez es una etapa de la vida que marca al ser humano, aún en la adultez “tocarle a alguien su infancia” es removerle muchos sentimientos (para bien o mal, para llorar o reír, para reflexionar o divagar, para sustentar o declinar) la niñez es “pieza fundamental en la vida”.
Este mensaje publicitario intenta recordarnos, quizá el sentimiento olvidado, cuando nos cargaban, cuando juagábamos con el triciclo, con la bicicleta.
Otro comercial en donde Mazda recurre al recuerdo de la niñez es el siguiente:
“Infancia es destino” y culturalmente los hombres sienten más pasión por los autos que las mujeres, ya que son los hombres los que mayoritariamente jugaron “a los carritos”.
Repito, nadie puede dejar de sentir una emoción profunda cuando le recuerdan su niñez, para bien o para mal, la niñez es parte de lo que somos, los recuerdos “cuando te hacían avioncito”, cuando tus padres te impulsaron a subirte a la bicicleta, o la primera vez que nos subimos a los patines continúan en el imaginario colectivo de las personas.
Mazda intenta que el receptor “vaya hacia su niño interno”, hacia sus recuerdos, este comercial pretende que los televidentes recuerden. “Que revivan la emoción del movimiento”.
Al enganchar ese tipo de emoción con la frase: “nosotros tenemos ese espíritu”, la empresa Mazda afirma que ellos son como niños, nunca aburridos, intrépidos, emocionantes, nos transmiten la idea de seguir jugando, aunque ahora sea con un auto real.
Y es que fueron más los hombres quienes de niños jugaron con los “carritos”, a la “carreterita”, ellos consumieron las autopistas de Hot Wells, los triciclos, los patines, las bicicletas, y todos estos entrañables juguetes que todo niño experimenta.
Aquí es donde, tal vez nace el gusto masculino por los automóviles, por conducir, pero no conducir cualquier carro, no, también tiene que ser un buen carro que haga sentir de nuevo “el juguete favorito” y por supuesto, que como en la niñez, este “juguete nuevo” tendrá que presumirse en todas partes y en todo lugar.
Mazda recurre a la relación RECUERDOS- EMOCIÓN POR EL MOVIMIENTO.
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