Para Sherlyn Monserrat
González Díaz
Su tercer nombre debería de ser Eterna
Juan Manuel Osorio Ortiz al hablar de Sherlyn
CUENTO
En el medio o mundo del espectáculo
hay mujeres eternas,
que a pesar del paso
de los años,
permanecen idénticas, hasta volverse literalmente atemporales.
No hablamos
de las que
murieron jóvenes
y en plenitud de su belleza
como:
Marilyn Monroe (Norma Jeane Mortenson)
y nuestra:
Miroslava Sternova Becka
sino de actrices que actualmente
engalanan
todas las pantallas y escenarios mexicanos.
Las cinco
neo eternas
son:
Irán Castillo Pinzón, Martha
Elba Higareda Cervantes, Ana
Claudia Talancón
Ortiz, Wendy González Salinas
y la quinta
de las eternas:
Sherlyn Monserrat González Díaz
(14 de
octubre de 1985, Guadalajara
Jalisco)
Cada vez que alguien
se lo mencionaba, Sherlyn sonreía y exclamaba:
!Vamos
la eternidad no existe!
Pero al verla tan preparatoriana a sus casi 27 años, uno tendría
que apostar que la Hija
prodiga de Guadalajara, tenía Pacto con el Diablo
o por lo menos
con Televisa,
porque en el 2012 se veía igual
o mejor que cuando grabó:
Clase 406
(2003)
Además de su eterna
juventud tenía
un impresionante
parecido con:
Marilú La
muñequita que canta
(Marina Herrera Aragón)
la cual actuó
al
lado de Joaquín Privado Pardavé
Arce en:
Los hijos de Don
Venancio (Joaquín
Pardavé 1944)
Marilú aparece al minuto
con 16 segundos y de 4:40 al
final
y hasta podríamos decir que era Sherlyn,
sino hubieran pasado
68
años, porque parecían gemelas.
Después de hacer el papel que se sabía de memoria:
Estudiante de preparatoria en
Una familia con suerte
2012
regresó a los sets cinematográficos.
Aunque la Pantalla
grande la tenía inexplicablemente desaprovechada (Sólo ha filmado ocho
películas), todavía se recordaba su excelente actuación en:
Elisa antes del fin
del mundo
(Juan
Antonio de la Riva Gutiérrez 1997)
Esta vez acudía al llamado del mejor director
del cine mexicano: Luis Carlos Carrera González, para filmar una película
de época titulada:
¿Se
acuerda Don Venancio?
Como le gustaba
mucho
hacer cine,
llegó feliz
a los Estudios Churubusco. Cuando:
Sherlyn Monserrat González Díaz
esperaba las primeras órdenes del Director, escuchó de repente:
¡Marilú,
cuánto
tiempo sin verte, muñequita!
Era Joaquín Pardavé.
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