Escondido en el municipio de Colón, a 40 minutos de la ciudad de Querétaro, se encuentra la fundación “Santa María del Mexicano”, una obra católica hecha por sacerdotes estadounidenses y auxiliada por religiosas.
De nombre “San José”: un edificio de 3 pisos rodeados de puro matorral, cercado por una reja, en la que el tiempo parece estar detenido; este, el hogar para los niños que cursan los grados de primaria (1ro. -6to.).
La civilización parece estar muy lejana. El inmueble tiene capilla, comedor, pasillo de casilleros y dormitorios que son como módulos divididos por tabla roca. Al extremo está el baño, las regaderas están sin puerta.
Además de las instalaciones exclusivas para los pequeños, también existe la construcción donde niños y niñas estudian la primaria, que cuenta con 6 salones, una dirección, patio y cancha deportiva.
Como puede ocurrir, en la mayoría de los orfanatos, los niños pueden “ser un problema”; ellos vienen de hogares rotos, de padres separados, alguno ya muerto; de una pobreza extrema, y tienen poco contacto con sus familiares, ya que van a verlos cada mes.
Lo anterior, provoca en los niños tristeza, enojo, frustración, ansiedad. Y todos estos sentimientos se ven reflejados en su conducta, en salpullido en la piel, en tics nerviosos, en bajas calificaciones.
Es de resaltar, que algunos internos ya venían de estar en el tutelar para menores.
Algunos son promiscuos, ya que han sido sorprendidos en actos sexuales copiando, quizás, lo que algún día vieron en su casa, en otro orfanato o con los de mayor edad en el mismo internado.
“Santa María del Mexicano” aún con esto, tiene a Dios. Tiene magia, posee un encanto que la hace especial. Las estrellas desde sus canchas se ven como en ningún otro lugar de México. Su aislamiento de la ciudad, su lejanía con el poblado, la hace única en su tipo.
Un río pasa paralelo a las instalaciones y más adelante se llega a la hacienda que se usa como dormitorios y escuela secundaria.
“Santa María del Mexicano” es un buen sitio para “misionar”, pero también para que los padres pudiesen llevar a sus hijos a valorar lo que poseen en casa:
Y es que debemos darnos cuenta que un “niño de familia” cuenta con:
Una recamara propia, hermanos con quienes convive, comida, un baño privado, quizá juegos de patio o videojuegos; algunos cuentan con un auto familiar, ropa limpia, tenis de marca, computadora o celular; y si son tan afortunados una madre y un padre viviendo juntos en el hogar.
Si algún día anda por el municipio de Colón, en el estado de Querétaro, cerca de la Peña de Bernal, vaya a esta casa- hogar, puede llevar un poco de dulces, comida, ropa, juguetes o quizás hasta dinero. Y sus hijos verán por sus propios ojos lo afortunados que son al tener la vida que usted le da.
Casa de Niñas: un hogar para las niñas de los grados 1-6 de la escuela primaria
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