Esta denuncia, que trasciende el mero mal manejo, destaca por la opacidad y la exclusión en las decisiones críticas sobre la infraestructura escolar, poniendo en tela de juicio la integridad de los procesos seguidos bajo la supervisión de Sister Sandra, acompañada del séquito de personas que hoy quieren cubrir a toda costa el fraude en el que involucran a cientos de papás, dejando sin escuela a sus hijos.
Un acontecimiento que debió haber sido motivo de celebración, como es la clausura de fin de cursos, se convirtió en un enfrentamiento de poder entre los padres y las autoridades del área de dirección.
Sin embargo, la situación tomó un rumbo decepcionante cuando el abogado y representante de la directora (encargada de las escuelas y hermanas), condicionó la entrega de los certificados, amenazando y amedrentando a los padres de familia que se atrevieran a levantarla voz.
La falta de transparencia, evidenciada en la ausencia de recibos o informes detallados sobre la aplicación de los fondos, añade una capa de gravedad a las acusaciones.
Lo más perturbador es que el Colegio Benedictino no sería el único afectado por estas prácticas cuestionables. Investigaciones sobre el Colegio Guadalupe señalan que el resto han experimentado situaciones similares, lo que sugiere un patrón de conducta por parte de la directora y hermana en turno.
Se enfatiza la importancia de que sea la comunidad (y solo así sea) quien gestione estos recursos; citando las palabras de los valores como familias y reflejando el espíritu benedictino.
La ironía se manifiesta en la figura de Sister Sandra, ahora busca una posición de mayor poder.
Sin embargo, existe temor que al poner denuncia formal se suspendan los apoyos como en la primera situación.
Padres y madres de familia aseguran que se ha buscado denunciar la situación, sin embargo, no han tenido respuesta favorable y temen que los directivos y su gente se encuentren protegidos y busquen represalias en contra de las familias que solo buscan respuestas.
Se solicita urgentemente la intervención de alguna autoridad mayor, pues consideran indispensable que los recursos se apliquen correctamente para que las escuelas puedan brindar mejores condiciones de educación como lo estipula el programa.
La situación en el colegio se erige como un llamado urgente a revisar y reformar los mecanismos de asignación y seguimiento de recursos destinados al mejoramiento de la infraestructura educativa, garantizando que los fondos lleguen a donde realmente se necesitan y sean utilizados de manera eficiente y ética.
Madres y Padres de familia del Colegio Benedictino
Solicitamos solución inmediata
No nos daremos por vencidos para rescatar la escuela
Sister Sandra junto con su cómplice Rocío Ornelas han acabado con el Colegio Guadalupe y el Benedictino, que pena que se sientan intocables
ResponderEliminarUna mancuerna peligrosa Sandra-Rocío enemigas de los colegios
ResponderEliminarYo creo que deben investigar más, pues eso no aplica a todos los papás, las inscripciones las han estado devolviendo a los que la requieren, tampoco han amenazado a nadie. Hay molestia en algunos papás y es aceptable, pero sin afectar a los demás.
ResponderEliminarEsperamos que la comunidad educativa no deje de difundir esta situación, que alguna autoridad pueda intervenir y que se liquide a los trabajadores conforme a lo que les corresponda, ya que los quieren hacer firmar como renuncia voluntaria…
ResponderEliminarRealmente es un colegio cómo pocos, con un excelente equipo de trabajo...es una grandisíma pena que a pesar del esfuerzo que los docentes pusieron por siempre dar lo mejor, Colegio Guadalupe de un plumas lo quitó, no valoró ni respeto a la comunidad Benedictina. Y corrió a papás, alumnos y docentes.
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