miércoles, 29 de enero de 2025

LA GUERRA CRISTERA: UNA ETAPA EN LA HISTORIA DE MÉXICO QUE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA INTENTÓ MINIMIZAR Por Mayra Villanueva

De la etapa cristera poco se sabe, parece que el Estado mexicano ha querido BORRAR de su HISTORIA este conflicto vergonzoso. 

Los antecedentes claves para comprender más a fondo la también llamada "Cristeada" son varios: 

La Iglesia Católica tuvo en México un poder hegemónico  desde "la conquista de América" y después en "La Colonia".

Pero la "Guerra Cristera" tiene sus raíces más visibles en el Siglo XIX cuando se expiden “Las Leyes de Reforma”. 

Con políticas de Estado, normas de Reforma y, en especial, con la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, decretada en 1859, el Masón Benito Pablo Juárez García le declaró la guerra a la Iglesia Católica. 

Benito Juárez provocó que se enfrentaran dos grupos políticos: Los Conservadores, que estaban en contra de la Constitución de 1857Los Liberales.

La llamada SEPARACIÓN IGLESIA-ESTADO fue más un: "Quítate tú para ponerme yo".

Después, durante la dictadura del general Porfirio Díaz (1876-1910), el conflicto entre Iglesia y Estado se calmó un poco, ya que: 

"Durante este tiempo la iglesia aprovechó de realizar en México una 'segunda evangelización', desarrollando numerosos movimientos de acción cívica y social por órdenes del Papa León XIII.(1) 

Fueron  las mismas leyes de 1857 las que más adelante se ratificarían en la Constitución de 1917 tras la victoria de Carranza y Obregón en 1910.

La nueva Constitución "estableció una política de intolerancia religiosa y privó a la Iglesia de toda personalidad jurídica” (2).

De la Carta Magna de 1917 se lee: 

La prohibición de los votos religiosos. 

• La prohibición y expropiación a la Iglesia para poseer bienes raíces. 

• En el artículo 3 estableció la educación laica.

•El artículo 24 ordenaba que el culto sólo debe ser practicado sólo en los templos.

Art. 130 obliga a la Iglesia a sujetarse a la Ley, ya que el Congreso de la Unión es el único encargado de legislar acerca del culto religioso.

En 1924 Plutarco Elías Calles entra al poder presidencial con el apoyo de Álvaro Obregón (entre Calles y Obregón había una alianza).

Uno de los aspectos que Calles tuvo al llegar al poder fue seguir la tendencia “obregonista”(3).

Pero la historia recordaría a Calles más por estos tres aspectos:

1. Por el pasaje de la “Guerra Cristera”, ya que él la provocó en 1926 cuando es presidente de México.

2. Por su particular "paso" y "remplazo" de la presidencia de México llamado “El Maximato”(de 1928 a 1934). 

3. Y por engañar al pueblo, teniendo el poder él y sólo nombrar sucesores atenidos a sus órdenes.(4)

La historia nos cuenta que la Revolución Mexicana terminó (en teoría) en 1920, parece haber seis años de paz entre La Revolución y la Cristeada, pero no fue así, el país pasaba en esa época por grandes momentos de inestabilidad, y aunque la Revolución y la Guerra Cristera tuvieron motivos y alcances diferentes, había personajes que en el pasado pelearon a lado de Francisco Villa y ellos estaban dispuestos a volver a combatir ahora con los cristeros.

El ambiente que “se respiraba” en el país continuó siendo de guerra y si ya la sociedad campesina, en particular, había conocido la lucha armada, ¿por qué no hacerlo de nuevo?

Los motivos de la Revolución fueron levantarse contra la dictadura de Porfirio Díaz y defender las tierras. Las razones de la Guerra Cristera, fue defender la libertad de culto que había sido anulada por el gobierno de Plutarco Elías Calles, lo que se subraya es que no era difícil volver a pelear de nuevo, cuando ya se había vivido 'la aventura de las armas', a pesar de tener motivos diferentes, los campesinos mexicanos, gente humilde en su mayoría, que habían peleado en la Revolución, volverían hacerlo en la Guerra Cristera.

Como fue el caso de Miguel Hernández,  ya de edad madura, pero con talento y mucha práctica, él había sido militar en las tropas de villa. 

Hernández en una reunión habló  en estos términos:

"Si Dios me dio licencia para gritar ¡viva Villa!, ¿no me dará ahora para gritar ¡viva Cristo Rey!?”

Son los abuelos los que han pasado “de boca en boca” a sus nietos “las situaciones” por las que pasó la sociedad católica de ese tiempo; a veces estos relatos resultan ser más apasionantes por los que los cuentan que por la misma versión de la Iglesia o la del Gobierno Mexicano.

Algo hay de verdad en los relatos hablados de la Guerra Cristera, pero también no se ha querido contar el contexto político que ocasionó el levantamiento de armas del pueblo católico mexicano.

Las nuevas medidas de Calles para hacer efectivas las leyes de la  Constitución de 1917 durante su mandato, fueron  más lejos:

Se prohibió el culto público fuera de las dependencias eclesiásticas, a la vez que el Estado decidiría el número de iglesias y de sacerdotes que habría; se negó al clero el derecho de votar; a la prensa religiosa se le prohibió tocar temas relacionados con asuntos públicos; las corporaciones religiosas y los ministros de cultos estarían impedidos para establecer o dirigir escuelas primarias.

Los gobernantes de México llevaron a la práctica una serie de medidas que proclamaban la separación entre la Iglesia y el Estado, al igual que disminuyeron el papel social de la primera, ya que se sancionaba a los funcionarios que asistían a actos religiosos, se confiscaron todas las propiedades eclesiásticas y abolieron las órdenes monásticas.(5)

A principios del año de 1926 el arzobispo de México protestó contra la Constitución de 1917. El argumento de la Iglesia para no acatar las leyes fue que se consideraba independiente del gobierno, a raíz de esto el gobierno respondió expulsando al jerarca católico y mandó aprehender obispos y sacerdotes que se negaban a obedecer, además de confiscar conventos y colegios dirigidos por religiosos.

Los católicos no ofrecieron una respuesta violenta cuando la Constitución entró en vigor, y se optó por iniciar una lucha pacífica para modificar aquellas partes que les afectaban directamente .

La lucha pacífica por parte de la Iglesia Católica terminaría a los pocos meses, y por lo menos se dividieron los criterios de los jerarcas católicos en dos: los pacíficos y los que tomaron las armas. 

Las distintas reacciones que la jerarquía católica tomó, fue durante todo el conflicto muy cambiantes y ambiguas, había quien se indignaba y no le importaba matar.

Las nuevas leyes “callistas” generaron escándalo, pues se  le estaba quitando al pueblo “su principal y más sagrada válvula de escape”, escape a la pobreza, la ociosidad,  las desigualdades sociales etc. Esto, se demostró, fue un error grave del gobierno y la indignación, el fanatismo religioso y se podría decir que los buenos sentimientos de un pueblo devoto fue fatal.

Todavía en algunas zonas de México la religión Católica es querida y tiene una alta convocatoria.

En su libro "La Cristeada" Jean Meyer afirmó otro aspecto social que impulsó el conflicto, el autor  nos presenta a una “tercera persona” involucrada en el choque de Iglesia y el Gobierno Mexicano:

"Fue el perfil del ciudadano joven/católico de aquella época: existían católicos políticos, que se sentían, por su religión, ciudadanos de segunda, excluidos de la vida política civil. Estos jóvenes militantes, enardecidos por una larga espera, vieron en el conflicto entre la Iglesia y el Estado la ocasión del desquite. La Guerra Cristera les dio la esperanza de llegar al poder”.

Meyer tuvo razón: la juventud católica tuvo un gran entusiasmo como protagonismo en este evento como fue el líder y abogado católico ANACLETO GÓNZALEZ TORRES del cual recomendamos leer su biografía. 

Para dar un ejemplo de la mentalidad tierna e inocente, pero de buena fe que tenían los campesinos y "los humildes de la época" (que tal vez no esté muy lejos de la realidad de hoy) Jean Meyer documentó el siguiente caso:

“Refiere Porfiria Morales que cuando ella estaba en su cocina el 5 de agosto de 1926 se oyó tocar la campana de la iglesia, su criada María exclamó: 

¡Ave María Purísima!, se quitó el delantal, tomó su rebozo y un garrote, y cuando ella le preguntó ¿a dónde vas?, la sirvienta respondió: ¡qué pregunta mi alma!, ¡que no oye la campana que nos llama a los católicos de la Unión Popular!, ¡primero son las cosas de Dios! 

Y salió dejando las cacerolas al fuego.

El final de la guerra cristera concluyó con los famosos “arreglos” que se firmaron entre Iglesia y Estado a espaldas de las bases de cristeros, que se sintieron traicionados. Sin embargo, hacia 1934 se produjo un segundo conato de revuelta que se conoció como la Segunda Cristiada.

Hoy, gracias a la tecnología los jóvenes podemos tener acceso a los archivos de la guerra cristera por medio del portal de videos YouTube, podemos encontrar los archivos audiovisuales de "Himno de la Acción Católica Mexicana"“A la carga milicia de paz”, o "El corrido del padre Toribio".

Como sea, la cultura popular y el catolicismo mexicano heredó mártires, pero 'la historia oficial' calló como momia y tanto la Iglesia como el Estado minimizaron este capítulo. 
Porque en algunos libros de texto de la SEP no se menciona la Guerra Cristera y en otros sólo se le dedican unos cinco renglones.
 
Jean Meyer documentó que el conflicto de intereses fue lo que provocó la censura de información respecto a la "Cristeada" hasta el año de 1970.


FUENTES
(1) Alfonso Tejeda Zabre. (1998). "Panorama Histórico de la Revolución Mexicana". Editorial Planeta. Pag. 54.

(2) Ángel Miranda Basurto. (1997) "La Evolución de México". Segundo Curso de la historia de México Preparatoria. Ediciones Numancia. Pag. 340 

(3) Alfonso Tejeda Zabre narró en su texto a los preparatorianos:

"La Iglesia estaba en plena expansión cuando comenzó la Revolución de México, siendo los primeros tres años de esta favorables para los católicos...

 …En 1920 llega al poder  Álvaro Obregón a través de las elecciones, cabe destacar que con los acuerdos de Huerta, ocupa la presidencia de la República hasta 1924” 

“Calles procuró continuar el impulso reconstructivo de Obregón, creando más escuelas rurales, construyendo carreteras, haciendo nuevas dotaciones de ejidos, aunque respetando todavía muchos latifundios de ricos privilegiados, especialmente de extranjeros”

Fuente: Alfonso Tejeda Zabre. (1998). "Panorama Histórico de la Revolución Mexicana". Editorial Planeta. Pag. 54.

(4) Sucesores subordinados a Calles:

Emilio Portes Gil (1928-1930) 

Pascual Ortiz Rubio (1930-1932)

Abelardo L. Rodríguez (1932-1934)

(5) Jean Meyer en su libro documenta además otros artículos, que son bastante cuestionables por ser de índole dictatorial y exagerada.

Artículo 1. Todo individuo encargado de un templo, si replica las campanas será multado con 50 pesos y un año de prisión

Artículo 2 Toda persona que enseñe a rezar a sus hijos, por consiguiente la misma pena.

Artículo 3 En toda casa que haya santos por consiguiente

Artículo 4 toda persona que porte insignias en su cuerpo por igual .

También se había ordenado no oficiar misa y sobre todo en lugares públicos, con esto, el clero suspendió los cultos el 31 de julio de 1926, este hecho daba por iniciada formalmente la guerra entre Iglesia y Estado.

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