Los antecedentes claves para comprender más a fondo la también llamada "Cristeada" son varios:
La Iglesia Católica tuvo en México un poder hegemónico desde "la conquista de América" y después en "La Colonia".
Pero la "Guerra Cristera" tiene sus raíces más visibles en el Siglo XIX cuando se expiden “Las Leyes de Reforma”.
Con políticas de Estado, normas de Reforma y, en especial, con la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, decretada en 1859, el Masón Benito Pablo Juárez García le declaró la guerra a la Iglesia Católica.
La llamada SEPARACIÓN IGLESIA-ESTADO fue más un: "Quítate tú para ponerme yo".
Después, durante la dictadura del general Porfirio Díaz (1876-1910), el conflicto entre Iglesia y Estado se calmó un poco, ya que:"Durante este tiempo la iglesia aprovechó de realizar en México una 'segunda evangelización', desarrollando numerosos movimientos de acción cívica y social por órdenes del Papa León XIII.(1)
Fueron las mismas leyes de 1857 las que más adelante se ratificarían en la Constitución de 1917 tras la victoria de Carranza y Obregón en 1910.
La nueva Constitución "estableció una política de intolerancia religiosa y privó a la Iglesia de toda personalidad jurídica” (2).De la Carta Magna de 1917 se lee:
• La prohibición de los votos religiosos.
• La prohibición y expropiación a la Iglesia para poseer bienes raíces.
• En el artículo 3 estableció la educación laica.
•El artículo 24 ordenaba que el culto sólo debe ser practicado sólo en los templos.
•Art. 130 obliga a la Iglesia a sujetarse a la Ley, ya que el Congreso de la Unión es el único encargado de legislar acerca del culto religioso.
En 1924 Plutarco Elías Calles entra al poder presidencial con el apoyo de Álvaro Obregón (entre Calles y Obregón había una alianza).
Uno de los aspectos que Calles tuvo al llegar al poder fue seguir la tendencia “obregonista”(3).
Pero la historia recordaría a Calles más por estos tres aspectos:
1. Por el pasaje de la “Guerra Cristera”, ya que él la provocó en 1926 cuando es presidente de México.
3. Y por engañar al pueblo, teniendo el poder él y sólo nombrar sucesores atenidos a sus órdenes.(4)
La historia nos cuenta que la Revolución Mexicana terminó (en teoría) en 1920, parece haber seis años de paz entre La Revolución y la Cristeada, pero no fue así, el país pasaba en esa época por grandes momentos de inestabilidad, y aunque la Revolución y la Guerra Cristera tuvieron motivos y alcances diferentes, había personajes que en el pasado pelearon a lado de Francisco Villa y ellos estaban dispuestos a volver a combatir ahora con los cristeros.
El ambiente que “se respiraba” en el país continuó siendo de guerra y si ya la sociedad campesina, en particular, había conocido la lucha armada, ¿por qué no hacerlo de nuevo?
Los motivos de la Revolución fueron levantarse contra la dictadura de Porfirio Díaz y defender las tierras. Las razones de la Guerra Cristera, fue defender la libertad de culto que había sido anulada por el gobierno de Plutarco Elías Calles, lo que se subraya es que no era difícil volver a pelear de nuevo, cuando ya se había vivido 'la aventura de las armas', a pesar de tener motivos diferentes, los campesinos mexicanos, gente humilde en su mayoría, que habían peleado en la Revolución, volverían hacerlo en la Guerra Cristera.
Hernández en una reunión habló en estos términos:
"Si Dios me dio licencia para gritar ¡viva Villa!, ¿no me dará ahora para gritar ¡viva Cristo Rey!?”
Algo hay de verdad en los relatos hablados de la Guerra Cristera, pero también no se ha querido contar el contexto político que ocasionó el levantamiento de armas del pueblo católico mexicano.
Se prohibió el culto público fuera de las dependencias eclesiásticas, a la vez que el Estado decidiría el número de iglesias y de sacerdotes que habría; se negó al clero el derecho de votar; a la prensa religiosa se le prohibió tocar temas relacionados con asuntos públicos; las corporaciones religiosas y los ministros de cultos estarían impedidos para establecer o dirigir escuelas primarias.
A principios del año de 1926 el arzobispo de México protestó contra la Constitución de 1917. El argumento de la Iglesia para no acatar las leyes fue que se consideraba independiente del gobierno, a raíz de esto el gobierno respondió expulsando al jerarca católico y mandó aprehender obispos y sacerdotes que se negaban a obedecer, además de confiscar conventos y colegios dirigidos por religiosos.
La lucha pacífica por parte de la Iglesia Católica terminaría a los pocos meses, y por lo menos se dividieron los criterios de los jerarcas católicos en dos: los pacíficos y los que tomaron las armas.
Las distintas reacciones que la jerarquía católica tomó, fue durante todo el conflicto muy cambiantes y ambiguas, había quien se indignaba y no le importaba matar.
Las nuevas leyes “callistas” generaron escándalo, pues se le estaba quitando al pueblo “su principal y más sagrada válvula de escape”, escape a la pobreza, la ociosidad, las desigualdades sociales etc. Esto, se demostró, fue un error grave del gobierno y la indignación, el fanatismo religioso y se podría decir que los buenos sentimientos de un pueblo devoto fue fatal.
En su libro "La Cristeada" Jean Meyer afirmó otro aspecto social que impulsó el conflicto, el autor nos presenta a una “tercera persona” involucrada en el choque de Iglesia y el Gobierno Mexicano:
"Fue el perfil del ciudadano joven/católico de aquella época: existían católicos políticos, que se sentían, por su religión, ciudadanos de segunda, excluidos de la vida política civil. Estos jóvenes militantes, enardecidos por una larga espera, vieron en el conflicto entre la Iglesia y el Estado la ocasión del desquite. La Guerra Cristera les dio la esperanza de llegar al poder”.
Meyer tuvo razón: la juventud católica tuvo un gran entusiasmo como protagonismo en este evento como fue el líder y abogado católico ANACLETO GÓNZALEZ TORRES del cual recomendamos leer su biografía.
“Refiere Porfiria Morales que cuando ella estaba en su cocina el 5 de agosto de 1926 se oyó tocar la campana de la iglesia, su criada María exclamó:
¡Ave María Purísima!, se quitó el delantal, tomó su rebozo y un garrote, y cuando ella le preguntó ¿a dónde vas?, la sirvienta respondió: ¡qué pregunta mi alma!, ¡que no oye la campana que nos llama a los católicos de la Unión Popular!, ¡primero son las cosas de Dios!
Y salió dejando las cacerolas al fuego.
Hoy, gracias a la tecnología los jóvenes podemos tener acceso a los archivos de la guerra cristera por medio del portal de videos YouTube, podemos encontrar los archivos audiovisuales de "Himno de la Acción Católica Mexicana", “A la carga milicia de paz”, o "El corrido del padre Toribio".
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