Para Gabino Rodríguez
Yo sólo soy mojada en tiempo de lluvias
Ninel Conde
Jacinto Medina (un extraordinario Gabino Rodríguez) es un pastorcito de 21 años, que vive (En medio de la nada de Hugo Rodríguez 1993)
pero sobre todo se trata de una alma pura como León (Jean Reno en El perfecto asesino de Luc Besson 1994) o un casi sapiens, como la mayoría de los jugadores de las selecciones nacionales de fútbol desde la Sub-15, hasta la Sub-40.
Un día se encuentra un llavero con la figura de una cabaña que se ubica en una ciudad del estado de Nebraska, Estados Unidos y con su inocencia a cuestas, decide ir a buscarla.
El principal mérito de A tiro de piedra (Sebastián Hiriar 2010) es que no cae en los estereotipos y clichés de todas las películas sobre:
Mojados, indocumentados, braceros o ilegales
por lo menos de los últimos 20 años.
Jacinto no va tras el sueño americano; no es víctima de los polleros; no es ladrón, asesino, grasiento ni frijolero, No muere ahogado, de insolación, ni a balazos.
Tampoco es modelo a seguir o ejemplo a no tomar, a lo más se trata de un mala suerte como Pepe el Toro (Pedro Infante en Nosotros los pobres de Ismael Rodríguez 1947) o Miguel Salinas Hernández (Rafal Sánchez Navarro El costo de la vida de Rafael Montero 1988)
Es si acaso Abel (Christopher Ruiz-Esparza en Abel de Diego Luna 2010), un niño que se mete sin querer en problemas de adultos, que además no comprende.
Pero en ningún momento de la historia representa a los mexicanos, que por alguna razón cruzan la frontera de ilegales. Además en vez de compadecerlo, Jacinto Medina, nos da ternura como Pedrito (Juliancito Bravo en Primera comunión de Alberto Mariscal 1969)
Lo deportan sano y vivo no en un ataúd (algo que el espectador agradece, para terminar como empezó al igual que Eliseo (Mario Zaragoza en Un embrujo de Carlos Carrera 1998)
Además de las virtudes arriba señaladas, en A tiro de piedra Gabino Rodríguez, hace una de las:
Mejores actuaciones de la historia del Cine Mexicano
Que si la cinta hubiera sido estadounidense o inglesa (el actor de engañosos 27 años, con una carrera con papelitos y papelotes y con un rostro bastante peculiar, no es feo, es diferente):
Habría ganado el Oscar al Mejor actor
Así es que:
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