No habíamos visto este cortometraje y es la pura verdad.
Mexicanos se olvidan de sus orígenes y hasta se sienten orgullosos "de ser" estadounidenses.
¡Pobres!, una vez más ¡pobres!, porque no son de aquí ni son de allá (que en paz descanse el maestro Facundo Cabral) y pierden el sentido de la realidad en un país que LE DA ASCO, CURIOSIDAD y otras veces SIMPATÍA la CULTURA MEXICANA.
Para eso es el CINE, para recordarnos lo FALSOS que somos como seres humanos.
Excelente cortometraje.
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