sábado, 5 de noviembre de 2011

"NO, NO Y NO A LAS MUJERES EN EL FUTBOL" Por Carlos Bernal Romero

Para Virginia e Isabel Tovar Díaz

Señora váyase a cuidar a sus hijos y a lavar trastes
Sir
Cuauhtémoc Blanco Bravo

         A pesar de todo (homosexuales, americanistas, perredistas, lesbianas,
c
ómicos de Televisa y seguidores de Televisión Azteca), el ps y la Ciudad
de Dafne, seguían funcionando.

         Hasta que, como en los cuentos de hadas, se aparec una malvada
di
sfrazada de viejita que regala manzanas de puerta en puerta, autonombrada:

         Comisión Nacional de los Derechos Humanos, con una sucursal, faltaba s, en la Ciudad adoptiva de Verónica Mendoza.

         Esta señora se llenó la boca con palabras y términos grandilocuentes:

         Tolerancia, igualdad, equidad de género, diversidad sexual, personas
c
on capacidades diferentes, adultos en plenitud y los niños de todos; ya no de la calle
lo peor de todo es que muchos se la creyeron.
        
         Sobre todo un sector femenino comandado por Paquita la del Barrio; (Francisca Viveros Barradas) Jesús Christian Chávez Garza (sí él o la Fercho de Rebelde) y las hermanas Virginia e Isabel Tovar Díaz, como Jorge Alberto Negrete Moreno en voz al cuello gritaron

¡Las mujeres tenemos derecho de participar en el fútbol profesional de Primera División!

         Al oír este disparate, obviamente envalentonadas por una borrachera de:
   
Equidad de género,lo podemos contestarles al mero estilo de Pedro Infante:
 No, no y no 

Si quieren ser:

    Presidentas de la República; Secretarias de Gobernación y Gobernadoras del Estado de México allá ellas y sus sueños guajiros, pero por favor, que nunca más se atrevan dirigir un partido o exigir hacerlo, como:

         Virginia Tovar Díaz en el 2007

         Deben entender de una vez por todas que el fútbol es sagrado y demasiado importante para que quieran meter su feminismo en algún momento del proceso de este deporte:

         Dueños, dirigentes, árbitros y por supuesto jugadores

         Quizá como aficionadas para que acompañen al novio, esposo, amigo,
familiar o se deleiten un rato con las piernas, cuerpo y a veces caras de sus
futbolistas favoritos.
        
        Porque ni como abanderados (como lo es Isabel Tovar desde hace unos años) o árbitros suplentes, que cualquiera lo puede hacer, se les debe permitir, en el que nuestro Ángel Fernández Rugama, bautizó como:
         El juego del hombre
         Si algún día los invitan a observar un partido de fútbol femenil, investiguen primero si al mismo tiempo hay una pelea de perritos; créanlo se divertirán más.
Entonces si alguna mujer como Virginia e Isabel Tovar Díaz se atreve a usurpar este espacio exclusivamente masculino, le tendremos que repetir las sabias palabras que:
         El filósofo, gurú y padre de más de un americón le dijo a Virginia que transgredió los límites sagrados del fútbol:
             Sir Cuauhtémoc Blanco Bravo:
            Señora mejor váyase a cuidar a sus hijos y a lavar los trastes

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