jueves, 22 de marzo de 2012

EL CUENTO DE LA FEPADE Por Carlos Bernal Romero

                   Nadie es tan guapo como su foto en Facebook
Ni tan feo como en su foto de la Credencial de Elector
Gabriel Quadri de la Torre

Con la llamada “veda electoral”, en la cual ningún candidato presidencial o partido político que los representa,  con la rara excepción de los promocionales de la Izquierda, que hasta el cansancio nos presentaba Héctor “Mil arrugas” Bonilla, debe “llamar al voto”,  sólo el Instituto Federal Electoral (IFE) puede anunciar sus mensajes en todos los Medios de Comunicación.

De esta manera sobre todo en radio y televisión este Instituto nos “bombardea” a todas horas con sus avisos o invitaciones a votar o participar en las próximas elecciones presidenciales.

Dos de los más repetidos es en donde se ve a Funcionarios Públicos exigiéndole a sus subordinados o beneficiados por algún programa del Gobierno, a votar por el candidato que él quiere.

También en uno de ellos, el dueño de una tienda le dice a una clienta que le da un kilo de frijoles y 500 pesos, si le presta su Credencial de Elector, ante la mirada acusadora de otra señora que amenaza al “tendero” con llamar a la “FEPADE”  (Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales)
Ignorante e indiferente ante lo que ocurría alrededor de las elecciones de todo tipo María Hernández López, mejor conocida en su colonia como “Doña María”,  aunque no quisiera, veía estos promocionales.

Porque sin tener “cable”, porque además de no interesarle era un gasto que sería oneroso para su economía familiar, con sólo ver la “televisión abierta”, se “chutaba” mínimo 20 anuncios o sus repeticiones al día.

De esta manera se enteró que nadie le podía pedir su Credencial a cambio de dinero o tampoco comprarle su voto con el pretexto de sugerirle por quien votar.

Por supuesto “Doña María” no sabía que significaba FEPADE ni tampoco que era lo que exactamente hacía, pero al verlo por la tele se dio una idea de que podía llamar ahí, sí alguien le hablaba de esto.

De carácter sencillo y de forma de ser muy amable, se llevaba bien con todos sus vecinos, con excepción hecha del dueño de la tienda “Mi última esperanza” Jesús Mendiola.

La enemistad surgió a raíz de que  en una ocasión “Don Chucho”, le cobró de más y ella se quedó convencida que lo hizo a propósito, y la robó. Por tal motivo jamás regresó a comprar a su tienda.

A partir de ese momento  se refería a él como:
“Pinche viejo ratero”

Un día por causas de fuerza mayor, tuvo que ir de nuevo a esa tienda y cuando esperaba a ser atendida, vio el momento perfecto de desquitarse de aquel robo.

Oyó claramente cuando Jesús Mendiola le dijo a Estela Zambrano:
-“Si me presta su Credencial de elector le regalo una despensa y le doy 500 pesos”
Antes que la señora Estela pudiera decir algo; María Hernández López exclamo:
-“¡Sí a mí no me da 1000 pesos, lo denuncio ante  la FEPADE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario