lunes, 16 de diciembre de 2019

CRÍTICA DE LA PELÍCULA "LAST CHRISTMAS" Por Mayra Villanueva


Es una buena película que parece, a todas luces, una historia de amor, pero en los últimos minutos se da una vuelta de tuerca que el espectador nunca esperaba.

La actuación de  Emma Thompson como siempre es asombrosa. Thompson, con su ya súper acento inglés, demuestra lo buena actriz que es.

A la actriz la acabamos de ver este año (2019) en el papel de conductora de televisión en decadencia en la cinta inglesa "Late Night" y ahora la vemos como una madre inmigrante, "a la antigua", patética y desconectada de sus hijas.

En "Last Christmas" la pareja protagónica quizás no tenga la química que estamos acostumbrados a ver en películas estadounidenses, pero al final sabrán por qué el director decidió tener este casting. 

La protagonista, Emilia Clarke, sobresale por su belleza, por más que la vistan de una manera ridícula, fachosa o patética ella brilla por su físico que bien aguanta todos los close up de la cámara.

Henry Golding, el co-protagonista masculino, aprovechó muy bien su oportunidad, y demostró que puede hacer papeles de galán en el séptimo arte sin necesidad de tener el estereotipo de galán de Hollywood, pues ya que Golding  en la vida real tiene ascendencia asiática. 

Esta historia, que se desarrolla completamente en Londres, nos explica paralelamente la vida de una cantante fracasada, Katarina, y "su patrona", la dueña de una tienda de artículos navideños; justo las dos van descubriendo que al relacionarse con los tipos que ellas aman se van transformándose hasta convertirse en la mejor versión de sí mismas.

Lo interesante de la trama es que no hay cambio de actitudes en los demás personajes que rodean a Katarina, es este mismo personaje que decide aceptar a los demás como son, y es ahí cuando su vida empieza a dar un cambio para bien.

La historia tiene buen ritmo, a pesar de que en el transcurso uno pensaría que "no está pasando nada interesante"; poco a poco, la película nos lleva hasta un climax que a más de uno le sacará algunas lágrimas.

Es destacable que aquí no se abusa de las escenas de sexo; es más, esto es inexistente en la trama y sólo es una referencia. Tampoco existen desnudos masculinos ni femeninos. Nadie enseña por enseñar.

Es difícil, a mi gusto, captar las culturas e idiosincrasia de los que viven en Londres, pero Last Christmas lo hizo de maravilla; con sus incongruencias, con una sociedad realmente fría, con una importante población de migrantes y un fuerte problema de racismo; la capital inglesa está bien retratada. 

Esta película muestra el Londres del Siglo XXI sin poses, sin querer demostrar demás, sin querer presumir o exhibir a una sociedad de primer mundo llena de clichés.

No podemos contar más de la trama porque no es muy ético hacerlo, pero estamos seguros que pueden ver con sus novios (as) esta historia un domingo en la tarde y podrán llevarse un buen sabor de boca.

En ningún momento se abusa del recurso, es decir que no es una cinta melosa. No es una cinta de amor y desamor tal cual, es más una historia de alguien que ayudó sin quererlo a una persona y regresa para ayudarla aún más.

Es, sin decirlo, un mensaje de que todos podemos ser la mejor versión de nosotros mismos. Que nuestra vida tiene un propósito, que nuestros dones pueden terminar ayudando a los más necesitados y al mismo tiempo saldrán nuestras amarguras y frustraciones.

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