domingo, 29 de enero de 2023

EL CAMINO A LA SUCESIÓN PRESIDENCIAL: UN GALLINERO Por Mayra Villanueva

Conforme llegue junio del 2024 nuestro país vivirá más narcoescándalos, mañaneras más agresivas, destapados incómodos, resentidos denunciantes, instituciones balconeadas, funcionarios con los huevos en el cuello, espionajes descarados y campañas de desprestigio con fundamentos y sin ellos

Conforme se acerque la sucesión presidencial los ambientes políticos se irán ennegreciendo: AMLO le dará con todo al INE, a los periodistas y medios de comunicación que, por cierto, ya están desesperados porque termine el sexenio. Layda Sansores seguirá siendo esa vulgar e ignorante vieja de vecindad que hará el trabajo sucio: difamará, señalará y vociferará estupideces desde su cómoda trinchera pagada por el erario de los campechanos.


En 2023 y 2024 veremos a burócratas con las manos sudadas por ver quién queda: Claudia, Adán, Marcelo y Ricardo como buitres peleándose la herencia de su líder espiritual.

El destape precoz le ha salido costoso a Claudia; los desafortunados acontecimientos en la ciudad le juegan en contra. En especial el del 3 de mayo del 2021, la caída de las llamadas ballenas de la Línea 12.

Admitámoslo, la Línea 4 hecha por los gobiernos neoliberales del PRI tiene más años, vivió los dos terremotos (1985, 2017) y su estructura sigue firme. Es más, el hundimiento del subsuelo delata “los pilares horizontales” que sostienen las columnas en toda la avenida Congreso de la Unión.

La caída de la también llamada Línea Dorada, fue también la caída de Morena en la CDMX. Después de ese acontecimiento en julio del 2021 los capitalinos dividieron la ciudad en dos.

Pero la delegación que les fue más dolorosa perder, fue la alcaldía Cuauhtémoc que les daba millones de pesos en impuestos a los de la izquierda. La guerra entre la Jefa de Gobierno y la alcaldesa continuará.

A Marcelo también le está saliendo contraproducente ser “el candidato no oficial”. Ebrard sigue desgastando su imagen ante la opinión pública, la gente ya no lo ve como el gran líder de la administración pública, sino como un sumiso y títere de López Obrador.

Y a todo esto, ¿qué pasa con la ciudadanía? Ésta puede tener el síndrome “votante desilusionado”, el mismo que les pasó a los estadounidenses con Barack Obama ¡Obama que era Obama!, que la gente lloró cuando ganó la presidencia de EUA.  le sucedió que perdió credibilidad y cariño ¿ustedes creen que a AMLO no le va a pasar? 

En los próximos meses México será un gallinero. El odio y el resentimiento social seguirán en hervor. 

Mientras tanto, un mundo estará mirando el escenario mexicano, Estados Unidos como siempre estará expectante.

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