domingo, 31 de diciembre de 2023

LA PRODUCCIÓN AGROALIMENTARIA DE MÉXICO SE ENCUENTRA EN DESVENTAJA ANTE LOS INTERESES EXTRANJEROS Por Mayra Villanueva

México es uno de los principales países productores y exportadores de alimentos en el mundo, generando más de 30 mil millones de dólares anuales en entrada de divisas. (1) 

La producción agroalimentaria en el país Azteca emplea a más de siete millones de personas y destina alrededor de 22.1 millones de hectáreas al cultivo y 109 millones de hectáreas para el desarrollo de actividades agropecuarias.(2) 

Con el mismo Tratado de Libre Comercio que hemos sido beneficiados, con ese, Estados Unidos presionó a México para hacer monocultivo de grano de maíz (el que a ellos les interesa). En México tenemos una docena de variedad de grano palomero, y el grano mexicano se desprecia, y se obliga a utilizar “el aceptado en Estados Unidos y Canadá”. 

Estas presiones no sólo afectan la producción y consumo interno, sino que hacen que el patrimonio material e intangible de los mexicanos (que es el maíz) se pueda extinguir, porque las nuevas generaciones no sólo ya no quieren trabajarlo, sino que ya no lo reconocen como fuente de alimentación. ¡Algunos jóvenes jamás en su vida han visto una mazorca desde su cosecha!

Si miramos la industria de la tortilla, se fuerza a los productores a usar la harina “MASECA” con el viejo cuento de que hace al alimento mexicano más suave en textura y rico en sabor; la tortilla hecha a mano, sin seguir la orden de mezclarla con harina, sabemos que es más nutritiva y de mejor sabor.

Aunque México es uno de los principales países productores y exportadores de alimentos en el mundo, los intereses de los que controlan la industria agroalimentaria hoy afectan nuestra riqueza gastronómica y nutritiva.

Otra tensión a la que se someten los maiceros mexicanos es el monopolio o casi monopolio de los graneros que almacenan el maíz. 

Las empresas estadounidenses acaparan el 70% de los almacenes; esto indica la gran inferencia de las grandes corporativas trasnacionales que se aprovechan de nuestro “tercermundismo” para entrar a nuestro país y hacer negocio con “lo más sagrado” que tiene la industria de las semillas en nuestro territorio.

Nuestro país, y los productores del campo, se encuentran en desventaja ante estos monstruos de Wall Street, que lo único que desean es utilizar sus recursos tecnológicos y económicos para enriquecerse. 

Empresarios, campesinos y la sociedad mexicana no pueden con el embate extranjero, y todo por el deficiente apoyo al campo que cada sexenio ha tenido por parte de los gobiernos. A lo anterior le sumamos la ignorancia de los tres niveles de gobierno, el nulo acceso a la tecnología de última generación y el desconocimiento que la sociedad en general tiene de cómo se desarrollan los cultivos.



(1) El sector agroalimentario en México tuvo una participación de 8.2% del PIB en el tercer trimestre de 2020. 

(2) La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) pronosticó que la producción agroalimentaria de México rebasará los 300 millones de toneladas en el 2023, creciendo al menos 1% frente al 2022.

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