En la trama de la película vemos que Kevin y Marcus buscan caracterizarse lo más posible, y en la realidad no lo hacen, pero la propuesta de los cineastas es invitarte a jugar que sí son idénticos a dos niñas mimadas de la socialité.
Esto lo resolvieron excelentemente, pues poner en “la realidad de la ficción” que los personajes sí se veían como clones de las hermanas Wilson, el espectador lo entiende, y este tipo de concesión la audiencia “le entra” al segundo.
Es una broma dicha mil veces, porque los espectadores la han adoptado como una cinta que no se cansan de mirar. Uno no se cansa de ella porque las mil veces se puede reír a carcajadas.
Sí, este proyecto, es de esas películas que la televisión por cable programa y programará para toda la vida. Y si la ves por ahí en un canal de paga te quedas a ver no importando que ya la hayas visto infinidad de veces.
Icónicas escenas que se han quedado en el imaginario colectivo; como la del personaje de Latrell cantando el tema de Vanessa Carlton “A Thousand Miles”.
Si quieren ver la versión completa y sin censura la plataforma Netflix la tiene en su catálogo.
“¿Y dónde están las rubias?” es un producto que ya vimos que funcionó y que el humor de los norteamericanos bien lo captan los latinos.
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