sábado, 10 de diciembre de 2016

¿DÓNDE ESTÁ LA ÉTICA QUE ANDABA POR AQUÍ? Por Rogèrio Christofoletti (1)


Brasileños y argentinos responden por los mayores mercados de comunicación de la América del Sur. Son también los países con las tradiciones más consolidadas en periodismo investigativo

Argentina y Brasil también son referentes en la región cuando el asunto es la investigación científica en comunicación, con escuelas de graduación y programas de pos-graduación destacados. 

Un encuentro como el Bapijor permite que brasileños y argentinos dialoguen más, que investigadores y periodistas intercambien experiencias.


En fin, que cooperemos para el perfeccionamiento del periodismo, una práctica tan importante para la democracia. 

El tema del cual me ocupo aquí es el de la ética de la Comunicaciónasunto al que me dedico hace algunos años.

Durante los días del encuentro, escuchamos a expertos periodistas y a importantes investigadores hablar sobre cómo las herramientas digitales contribuyen a la calidad periodística.

Expositores y conferencistas hablaron también de nuevas formas de participación del público, de la importancia de las fuentes de información, de los desafíos para el periodismo en las sociedades del conocimiento. Esto es, estamos hablando de un paradigma de cambio, de grandes transformaciones en nuestra cotidianidad. 

Es importante recordar:
no son solo transformaciones tecnológicas, sino sobre todo culturales. 
El surgimiento de la internet, la digitalización de archivos, el intercambio de todos los tipos de conocimiento y experiencias, todo está transformando la comunicación y la sociabilidad humanas. 

Vienen cambiando la educación porque está transformando nuestro propio concepto de conocimiento.

Está cambiando el periodismo porque cambia el concepto de información.

Los consumidores ahora no solo consumen el noticiero sino que ayudan a hacerlo. Y no solo eso, sino también a distribuirlo en sus páginas de Facebook, blogs, tweets...

Estamos en el medio de cambios que desafían la comprensión del lugar que podemos ocupar en ese proceso.

No sabemos realmente la dimensión de las transformaciones, pues todavía están ocurriendo. No sabemos cuánto tiempo va durar esto ni lo que quedará después. 

La imagen que viene a la cabeza es la de que estamos cambiando la rueda con el auto en movimiento. No podemos ignorar la rueda pinchada pero tampoco estacionar para cambiarla.

Lo que nos parece claro es que hace veinte años el escenario era más simple. Eran claras las fronteras entre quien producía información y quien la consumía. Era más fácil percibir quien se ocupaba de ofrecer un servicio que actualizaba las personas. Había un mostrador, separando cada uno de esos grupos.

Con el surgimiento de internet, apareció la posibilidad de la comunicación de muchos para muchos. Con la popularización de las computadoras, llegó la posibilidad de que las personas no profesionales produjeran contenidos semejantes a los profesionales.

Con el surgimiento de sistemas facilitadores, se volvió cada vez más fácil producir y publicar contenidos, dejando de lado los intermediarios que eran los periodistas.

Las fuentes de información fueron más accesibles a las personas comunes, reduciendo la distancia entre quien produce información relevante y sus destinatarios.

Cambió el escenario, cambiaron también las relaciones entre las personas que lo habitan.
Es posible afirmar que las mudanzas que vemos son tecnológicas, culturales y también afectan las bases éticas de nuestras conductas personales. 

En este sentido, quiero recordar tres episodios recientes que nos pueden ayudar a comprender el alcance de esas transformaciones.

Parecía un viernes como cualquier otro. Millares de personas iban para el trabajo o para la escuela en los vagones del subterráneo y en los conocidos ómnibus rojos de dos pisos. En menos de una hora, cuatro explosiones alcanzaron un ómnibus y tres trenes del subterráneo en centro de Londres, matando 52 personas e hiriendo otras 700.
La mañana del 7 de julio de 2005 entró en la historia por un triste acto terrorista, pero también porque fue un hito en la línea del tempo de los medios británicos. Fue un punto de inflexión en el uso de contenido no profesional en el noticiario.

Los atentados causaron muchas víctimas y una catarata de material producido por amateurs. En un único día, la BBC recibió 22 mil mensajes de textos y e-mails con relatos e informaciones, más de 300 fotos y diversos vídeos hechos con cámaras fotográficas comunes y teléfonos celulares. Por primera vez, la BBC consideró aquellos vídeos amateurs más periodísticamente relevantes que el material profesional. 

El Contenido Generado por el Usuario (CGU) recibió un tratamiento diferente al usual.

Lejos de Londres, en la confusa Cisjordania, un grupo de mujeres israelíes, activistas por la paz, abastece el sitio Machsomwatch (2) con relatos de violaciones de derechos humanos en la región. 

No son periodistas profesionales, pero desde 2001 hacen un trabajo parecido. Ellas explican:

«Documentamos regularmente lo que vemos y oímos». 

Se declaran contrarias «a la ocupación israelí y a la negación de los derechos de los palestinos de circular libremente en su tierra».

Hacen observaciones diarias en los puestos de chequeo del ejército israelí, denuncian lo que consideran abusos y violaciones, y dirigen esos relatos a funcionarios públicos y representantes electos, llamando la atención hacia el conflicto. Quieren «influir en la opinión pública en el país y en el mundo, y, así, poner fin a la ocupación destructiva, que causa daños a la sociedad israelí y a la palestina» (3).

Lejos de la Cisjordania, en Brasil, un grupo de medios muy particular ganó visibilidad internacional ofreciendo un conjunto de relatos independientes sobre las manifestaciones que importunaron al país en junio de 2013. 

Con el nombre de Medios Ninja (sigla para Narrativas Independientes, Periodismo y Acción) ,el colectivo reúne activistas, periodistas profesionales y comunicadores amateurs con la idea de ofrecer alternativa a las coberturas de los medios tradicionales.

Los ninjas tienen acciones descentralizadas, usan las redes sociales de internet, hacen coberturas en vivo, sin cortes ni edición, y se concentran en temas sociales.El grupo surgió en junio de 2011, a partir de la Pos-TV, iniciativa que priorizaba la transmisión en vivo de contenidos audiovisuales por internet (4).

Dos años después, un torbellino de protestas se esparció como reguero de pólvora por el país, con millones de personas en las calles protestando por el uso de dineros públicos en la construcción de estadios para la Copa del Mundo de 2014, contra la impunidad y la corrupción en la política, contra los aumentos en las tarifas de transporte público, entre otros temas. 

Las llamadas Jornadas de junio fueron las mayores movilizaciones populares desde las manifestaciones por el impeachment del entonces presidente de la República Fernando Collor, en 1992. 

En junio pasado, hubo movilizaciones en más de 400 ciudades en todos los estados brasileños, inclusive con protestas de apoyo en otras partes del mundo. En la Argentina, hubo protestas en Buenos Aires y en Córdoba.

En junio de 2013, los medios tradicionales intentaron cubrir las manifestaciones, pero tuvieron dificultades, incluidas agresiones. 

Los medios Ninja ofrecieron una cobertura impresionante y relevante. Tanto que sus escenas fueron reproducidas y apreciadas por las mayores emisoras de televisión –la TV Globo, inclusive–, a pesar de la pobre calidad técnica y de la inadecuación estética que tenían en muchos casos (5).

Conté tres episodios que ilustran la variedad de relaciones que existen hoy entre medios convencionales, públicos, fuentes y nuevos actores en el proceso de información.

¿Qué tienen en común estos tres ejemplos tan especiales?

Desde el punto de vista de la comunicación, los episodios revelan aspectos que enaltecen la participación del público en los procesos de información, y en la producción y la difusión de contenidos periodísticos por amateurs

Estos casos también plantean cuestionamientos de carácter ético sobre las prácticas y las conductas de los sujetos de esas acciones. 

En lo que concierne a una reflexión de los límites entre profesionalidad y desarrollo amateur, los episodios también contribuyen para una definición de nuevos valores emergentes.

En conclusión, ¿dónde está la ética que andaba por aquí? 

Por décadas, le correspondió a un grupo social responder por la búsqueda, selección, tratamiento, jerarquización,contextualizaciónpresentación de datos,transformándolos en información de carácter noticioso. 

Ese colectivo se organizó profesionalmente, estableciendo reglas de conducta, gramáticas técnicas y reglas de funcionamiento de forma que la sociedad pudiese distinguirlo como tal. 

Los periodistas no solo se convirtieron en una categoría profesional sino que también justificaron su existencia y la legitimidad de sus acciones. 

Respondiendo a una demanda social, el periodismo se volvió necesario para la evolución de las democracias y fundamental para el desarrollo social

La mayor parte de las personas (que no se ocupaba de ese oficio) se limitó a ser constantemente abastecida por los periodistas, reconociendo en ellos auténticos productores de las informaciones de interés público.

Hace por lo menos dos décadas, comenzó a desmoronarse el mostrador que separaba periodistas de audiencias. 

La inexistencia de fronteras geográficas en la web hizo que los intercambios de información fuesen más amplios, rápidos y efectivos.

Esos componentes crearon un escenario de explosión informativa y de aumento de la demanda de contenidos, derivado a su vez del crecimiento en la oferta de materiales.

La abundancia de medios de producción y difusión de contenidos, y las muchas oportunidades de participación, propiciaron que los usuarios omitieran a los mediadores, aquellos que se interponían entre público y fuentes de información. 

El mostrador que separaba productores de consumidores desapareció.

Sorprendidos o satisfechos, alertados o incomodados, los profesionales del periodismo y las empresas de medios se vieron obligados a reconocer la cada vez más creciente importancia de las audiencias en el mercado productivo de contenidos.

En los Estados Unidos, Dan Gillmor (2004) llamó «ex-público» a ese contingente antes aislado de los procesos de producción. Jay Rosen (2006) se refirió a ellos como «personas antes llamadas audiencia», aquellos que escriben en sus blogs, que postean sus fotos y vídeos, que cuentan las historias que ven, que comparten lo que saben.

Son personas que surgen en el fin de un sistema de medios unidireccional, que no se resignan a la condición de receptáculo pasivo de informaciones.


Axl Bruns (2008) reunió uso, consumo y producción en un término híbrido: «produsage»

Andrew Keen (2008) critica a invasión de esos amateursatribuyendo a ellos peligros que pueden inclusive deteriorar la cultura y la civilización contemporáneas.

Otros autores abordaron los temas de la colaboración y del aumento de la participación pública en los procesos de información y comunicación, aunque el reconocimiento de las audiencias tuvo un refuerzo substancial con la edición en julio de 2011 de un voluminoso documento de la Federal Communications Comission (FCC), la agencia norteamericana de regulación de los medios. 

En 468 páginas, el estudio aborda los medios de comunicación comerciales, los medios sin fines de lucro, actores de fuera del sistema (como el gobierno) y cuestiones transversales (como consumo de medios, diversidad, personas con deficiencia, por ejemplo).

En todas esas sesiones, el estudio intenta observar las transformaciones ocurridas en el paisaje mediático con la llegada de nuevos actores y nuevas potencialidades. 

Como no podría ser de otra manera, el documento de la FCC ofrece todavía elementos para una discusión sobre políticas y regulación del sistema de medios en los Estados Unidos, abordando aspectos como radiodifusión, TV de cable, internet y móvil, propiedad y control de los medios, publicidad y propaganda,derechos autorales y propiedad intelectual.

Una de las principales conclusiones de la FCC es que el escenario mediático está mudando tanto y tan rápidamente que algunas de las reglamentaciones actuales «están fuera de sincronía con las necesidades de información de las comunidades y la naturaleza fluida de los mercados de medios locales modernos».

Entre las recomendaciones del documento están la necesidad de una mayor transparencia del gobierno para que periodistas y ciudadanos monitoreen sus acciones; inversiones publicitarias públicas deben ser
más dirigidas a los medios locales; medios sin fines de lucro precisan desarrollar modelos de negocios más rentables; banda ancha universal e internet abierta son esenciales para que el nuevo paisaje mediático sirva a los propósitos de las comunidades; y los líderes del proceso deben oír más las comunidades históricamente carenciadas en la elaboración de sus políticas de comunicación.

La FCC reconoce la paradoja: hay abundancia de medios y falta de reportes e informes públicos. 

El momento es confuso, pero la relatoría es optimista: reconociendo los medios locales y las comunidades, los EUA. poden alcanzar el mejor sistema de medios que el país haya tenido.

Es importante observar que el órgano regulador de las comunicaciones norteamericanas asigna prerrogativas y responsabilidades para llegar a la excelencia mediática entre actores no profesionales.

En Brasil, la comunicación es un sector muy concentrado. El país tiene el tamaño de un continente y apenas seis canales de TV de señal abierta. 

Esa media docena de opciones de información y entretenimiento se alían a 68 grupos regionales que se transforman en 668 vehículos de comunicación

Se estima que 80% de lo que los brasileños consumen de información y diversión viene de esa media docena de fuentes, que son grupos privados y familiares que tienen relaciones dudosas con grupos
políticos y la complacencia del Estado, que poco regula el sector.

Otros datos impresionan: somos 201 millones de habitantes y tenemos 273 millones de celulares habilitados.

El mercado de telecomunicaciones es de $277 billones (más de 100 billones de dólares), lo que equivale al PBI de Kuwait. A pesar de todo, el Estado está ausente y las agencias reguladoras son ineficientes.

Los colegas argentinos consiguieron adelantarse unos pasos más con la discusión y promulgación de una ley de medios. Los argentinos están enfrentando –o por lo menos repensando– los oligopolios, la concentración de medios. 

¿Ustedes saben cómo los medios de comunicación brasileños presentan la ley de medios argentina? Como una ley autoritariacomo una amenaza a la democracia, a la libertad de expresión, a la libre competencia. 

Los grandes medios brasileños son solidarios con el Grupo Clarín. Los grandes medios brasileños olvidan una regla de oro del periodismo:oír los diversos lados, considerar lo contradictorio.

Los grandes medios brasileños escuchan solo a Clarín, concentrado, porque los medios brasileños también son concentrados y temen ser atacados por eso.

Ocurre que el ecosistema viene cambiando muy rápidamente. Un estudio reciente de los Estados Unidos afirma que aquel país tiene una realidad que se puede llamar «periodismo pos-industrial»(6)

Quiere decir: el periodismo ya es producido sin depender de los medios convencionalesde las estructuras de producción ya consagradas. 
Es el periodismo más allá de su industria. ¿Eso ocurre en la Argentina? ¿Ocurre en Brasil?

Es difícil responder a eso. Pero el hecho es que han surgido condiciones para que ciudadanos comunes se informen de otra manera, que contribuyan a hacer el noticiero, que se relacionen con fuentes, medios y mucho más... 

Antes, había una ética específica para el periodismo, puesto que la profesión estaba bien delimitada y sus contornos se daban inclusive por un conjunto de valores éticos.

Los periodistas actuaban conforme a un conjunto de recomendaciones, tenían claras las virtudes y los contra ejemplos de acción. Ellos definían su campo de actuación teniendo en vista patrones de conducta. Podrían ser (y eran)sancionados cuando contrariaban esas normativas deontológicas

Con la llegada de los nuevos actores y la consecuente porosidad en el campo, las cuestiones éticas pueden ser extendidas también a los novatos, generando nuevos puntos de tensión y discusión.

En las tres historias que conté rápidamente –los atentados de 2005 en Londres, la ocupación de la Cisjordania y las acciones de los Medios Ninja–, es posible observar la transformación del diálogo entre fuentes, productores de información y consumidores, no solo horizontalizando ese diálogo, como ocurre muchas veces, si no borrando las fronteras entre un territorio y otro. 

En los tres casos, hay más que colaboración o participación de la audiencia. Los episodios pueden «contaminar» la ética periodística (hasta entonces restringida a los profesionales) con otras preocupaciones o parámetros.

¿Conocen aquel dicho «si no puedes vencerlos, únete a ellos»? Revela en sí una generosa dosis de resignación delante de un dilema que se considera insuperable. 

Pero ¿será que periodistas y usuarios no profesionalizados se relacionan siempre de la misma forma? ¿Cómo las empresas de comunicación han recibido y aprovechado el Contenido Generado por el Usuario en sus plataformas y productos? 

¿La convivencia entre esos distintos participantes siempre es entendida como un problema?

Viendo la prensa británica del final de la década pasada, Alfred Hermida y Neil Thurman (2008) ven en esa aproximación un choque de culturas

Los autores hicieron un relato de cómo doce sitios de diarios en el Reino Unido promovían la integración entre sus contenidos y los materiales producidos por usuarios.

Según percibieron, la mayor proximidad venía contribuyendo para derribar dudas de los staffs de las áreas comercial y editorial sobre la importancia y el valor de esos contenidos amateurs, antes vistos con bastante desconfianza. 

Los editores del área también fueron escuchados para conocer temores y potencialidades en la integración.

Entre los recelos, estaba el de que no usar los contenidos del público puede ayudar a marginar los medios ante los lectores. 

Entre las preocupaciones estaban la posibilidad de que los contenidos de terceros afectasen la imagen de la marca de las empresas de comunicación (con consecuencias en la credibilidad de sus productos y servicios) y el control de la conversación, con la clara interferencia y rigor en la moderación de comentarios. Identidad profesional, reputación y aspectos legales también podrían ser afectadas por los amateurs. 

En este sentido, la integración de los contenidos amateurs a la cotidianidad de publicaciones profesionales plantea desafíos y el abandono de pre-conceptos.

Jane Singer y Ian Ashman (2009) observaron el caso del The Guardiandonde los periodistas todavía asimilan y negocian sus relaciones con los usuarios. Medio tradicional, el diario ha buscado adaptarse a los nuevos entornos, invirtiendo en nuevas modalidades narrativas e interactividad

En 2008, por ejemplo, The Guardian llegó a recibir 350 mil comentarios a sus notas en un único mes. 

Singer y Ashman observan que el rápido crecimiento de diversas formas de CGU (de comentarios en blogs hospedados en el diario a noticias hiperlocales) significa que el periodista tiene mucho menos control sobre de lo que antes era un proceso esencialmente industrial de hacer noticias.

El estudio recurrió a entrevistas en profundidad y cuestionarios. 
Preguntados sobre los rasgos esenciales para el «buen periodismo», los periodistas entrevistados mencionaron «precisión» (accuracy), seguida de «credibilidad»,«responsabilidad» y «competencia». 

Los sujetos de la investigación también vincularon contenido generado por el usuario a valores como «libre expresión».

Se detectaron algunas preocupaciones, como el poco compromiso con la autenticidad de los relatos y cómo esos usuarios tienen potencial para degradar la credibilidad de la publicación y sus productos derivados. 

En este sentido, la participación amateur no se muestra como un peligro en cuanto a la competencia técnica del público, sino con respecto a la autoridad del periodista.

Un punto de tensión observado es lo que opone el anonimato de los usuarios (práctica bastante diseminada en la web) y la accountability de los periodistas, un valor emergente. 

En la investigación, entre los periodistas más tradicionales, ligados a la plataforma impresa, parece crecer una ambigüedad frente a los usuarios: al mismo tiempo en que los profesionales destacan la necesidad de mantener distancia de los lectores, son instados la interactuar con ellos...

La investigación concluye que los periodistas están luchando para «acomodar éticamente las oportunidades de libertad y diálogo dadas por el CGU, salvaguardando a su credibilidad y sentido de responsabilidad».

Esos profesionales intentan incorporar cuestiones levantadas por la presencia de los amateurs dentro de un cuadro normativo ya existente en la empresa. 

Los dilemas del CGU llevan a la superficie desafíos inéditos, en la medida en que el producto ofrecido al público no es resultado exclusivo del trabajo y de las decisiones de los profesionales.

El periodismo no depende más de una industria para ser producido y distribuido. Es esencial para la vida contemporánea, pero su reestructuración es imprescindible. 

Muchas de las oportunidades de hacer un buen trabajo están en las nuevas formas de actuar. Los autores reconocen que algunas actividades son mejor
desempeñadas por amateurs, por multitudes y por máquinas; otras por periodistas. 

Para ellos, la «industria periodística está muerta, pero el periodismo sigue vivo en muchos lugares».

Los debates sobre la llegada de los amateurs, las estrategias organizacionales para el mejor aprovechamiento de los contenidos generados por los usuarios y las experiencias apoyadas en la asociación, la colaboración o la simbiosis posibilitan afirmar que, en teoría, todos pueden hacer periodismo. 

En distintos grados de calidad, para diversos públicos, en escalas diferentes, pero pueden ofrecer productos y servicios que competen a lo que llamábamos periodismo profesional.

Con eso, algunas cuestiones se imponen: 

¿el periodismo está en riesgo?

Si la competencia técnica no es un problema, ¿puede decirse lo mismo sobre la ética? 
En otras palabras, ¿la ética periodística fue superada?

¿Estamos cerca de eso? ¿Se puede esperar que el usuario siga las mismas reglas éticas de los periodistas profesionales? 

El amateur, ¿podría ser penalizado si las contrariara? ¿Está preparado para actuar conforme esa ética? 
Si no está, ¿cómo debe orientarse?

Ward y Waserman (2010) argumentan que el crecimiento de la participación de los ciudadanos en los medios de comunicación está transformando el periodismo y a su ética, haciendo que surja una «ética de medios abierta», con intereses más amplios. 

Diferente de los sistemas profesionales (generalmente más cerrados), esa ética «incentiva un abordaje más abierto y participativo», considerando que un código se aplica no solo a los periodistas, sino a todos los usuarios. 

Una ética abierta permite también un mayor involucramiento en las discusiones, la participación efectiva y la revisión/determinación de los contenidos.Las éticas profesionales tienden a ser más cerradas. 

Particularmente, el periodismo levantó barreras con su doctrina de autonomía y objetividad.

Las recientes transformaciones en la ecología mediática han provocado transformaciones también en la ética del sector, creando un discurso ético global, más inclusivo y participativo. 
Ward y Wasermann reconocen que se trata de una tarea compleja alcanzar un nivel más abierto y global para la ética mediática. Para hacerlo, es preciso más hospitalidad, sinceridad, tolerancia, respeto y auto-reflexión. 

Un camino seguro puede estar en la educación, en la enseñanza de ética periodística para los amateurs. 

Los valores y virtudes se modifican. La ética de los medios, la ética de la comunicación y la ética periodística están siendo obligadas a verse en el espejo y a percibirse de nuevas formas. Para responder las preguntas que hice, es preciso coraje y disposición. Será inevitable responderlas algún día.

Es preciso tener disposición porque nuestra capacidad de acción y de enfrentamiento de dilemas nos dará la fuerza para construir futuros más próximos de los deseados. 

Si queremos un periodismo mejor, si queremos sociedades más democráticas, si queremos comunidades con más justicia social, no podemos delegar eso a nadie. 

Cabe a cada uno de nosotros, periodistas e investigadores, estudiantes y profesores, blogueros y amateurs, arremangarnos y ponernos a trabajar.

FUENTES

1) Conferencia de cierre del 3º Seminário Brasil-Argentina de Investigación en Periodismo (Bapijor), 25 de abril de 2014, Universidad Nacional de Río Negro, Viedma, Argentina. Una versión ampliada de este texto fue publicada en portugués e inglés en la revista Comunicação & Sociedade, publicada por la Universidad do Minho (Portugal), volumen 25.Traducción: Adriana Amado

2) http://www.machsomwatch.org/en
3) http://www.machsomwatch.org/en/about-us

4) Uno de los creadores de Mídia Ninja, el periodista Bruno Torturra, ofreció un
testimonio del colectivo en la revista piauí (nº 87, dez/2013). «Olho da rua».
http://revistapiaui.estadao.com.br/edicao-87/questoes-de-midia-e-politica/olho-da-rua
Acceso el 10 de marzo de 2014.

5)  Ver:
http://www.adnews.com.br/midia/globo-desmente-policia-do-rio-usandovideo-do-midia-ninja
Acceso el 16 de abril de 2014.

6) Cf. Anderson, Bell & Shirky (2013).

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Susana Moscatel : La judía resentida con Mel Gibson Por Fernando Martínez


Vimos la emisión Hey! de Milenio Televisión (1) y nos dimos cuenta que su titular, Susana Moscatel odia a Mel Gibson, quizás porque el cineasta hace películas cristianas; por todas sus declaraciones, se notó que Susana no pudo regular su subjetividad porque ella es judía.

¡Vaya profesionalismo de la señora!

Pero, explicamos lo que dijo:

Al exponer en su programa de televisión la nueva película dirigida por Mel Gibson,“Hacksaw Ridge”(2), Moscatel se refirió al actor como "una mala persona, que está en contra de la violencia pero que sin embargo la ejerce en sus películas" y que le parece "un ser repugnante". (3)

No le discutimos a la periodista sus dichos, si ella cree que Gibson es un ser repugnante está en todo su derecho, incluso estamos de acuerdo con la periodista en el tema de la violencia, pero:

¿Por qué no se expresa así de Justin Bieber? ¿por qué no se expresa así, de la misma forma de Sean Penn?La propia Madonna le pidió el divorcio acusándole de violencia doméstica, y poco después acabó en la cárcel tras golpear a un paparazzi.

¿Por qué Susana Moscatel no habla tan despectivamente de Russell Crowe, de Charlie Sheen? ¿De tantos actores de Hollywood que se han visto involucrados en escándalos de drogas, violencia doméstica y hasta pederastia?

A Susana Moscatel le gusta hacer pero no le gusta que le hagan. Le gusta que Hollywood critique a otros religiones como lo hizo con "Spotlight".

Porque ella sí se puede meter con la religión católica, como festejó y se regocijó con el Óscar que le dieron a "Spotlight". 

Pero el repudio que Susana Moscatel siente por Mel Gibson tiene su origen en que el cineasta dirigió  y produjo el fenómeno cinematográfico "La Pasión de Cristo". Sí, en la cara de la comunidad judía en Hollywood.
Tal parece que a Susana Moscatel, como a su también millonaria comunidad judía, se sintieron agredidos por una cinta que toca a su ascendencia pero de una forma circunstancial, porque el tema de quién crucificó a Jesús (judíos o romanos)sigue siendo polémica y la comunidad judía muy ortodoxa se siente agredida.

Porque Hollywood es la industria de cine estadounidense manipulada y dominada mayoritariamente por una jerarquía millonaria de judíos,la cual se rasgo las vestiduras cuando Mel Gibson estrenó "La Pasión de Cristo"; los semitas (que también son millonarios) se fueron por la forma y no por el fondo, como Susana Moscatel.

Así que Susana Moscatel, así como tú también criticas y señalas, escribes y describes defectos, nosotros también estamos en nuestro derecho de expresarnos de ti. Porque no creo que alguien se haya tomado el tiempo de hablar de ti en un medio , ni mucho menos en un simple y modesto blog como este 

Ejerciendo nuestra libertad de expresión, como tú lo haces diariamente, te decimos:

Que también tú eres un ser humano feo por dentro y por fuera.

Habrá que preguntarle a tus ex compañeros de radio René Franco o Sergio Zurita si te consideran "buena persona"; ya que tienes la soberbia de decir que Mel Gibson es un asco, es que tú en el fondo te consideras una santa.

Susana: ¿Quiénes son tus amigos? ¿Alguien que haya trabajado contigo se expresa de ti como un agradable ser humano?

Tus gatos de Milenio no cuentan porque solo te querrán "hacer la barba". 

¿El público cuando mueras llorará por ti? No creo porque tampoco eres querida, popular, no das rating, ¿ya te preguntaste por qué?

Susana Moscatel en Azteca fuiste y serás una fracasada, tus programas de televisión no los vio nadie, es más, ni ahora nos acordamos cómo se llamaban.

Entonces tu soberbia ha sido acallada y ni te has dado cuenta, cómo dice tu Sagrada Escritura:

"Dios humilla al soberbio y exalta a los humildes."

No estamos a favor de que Mel Gibson le haya pegado a su esposa, pero ¿por qué no hablas y criticas igual la violencia de Justin Bieber?, ¿por qué no es comercialmente correcto?,¿Por qué sus fans se te van encima?o ¿porque Justin no es cristiano?

Ahora si Mel Gibson "es un asco de persona" ¿ya te viste en un espejo?, ¿eres bella por fuera?, ¿alguien te toca por las noches?, ¿alguien puede meter las manos al fuego por ti?
Entonces, bájale dos rayitas a tu soberbia mujer, porque tampoco eres la santa que regale juguetes a los niños en Navidad, en el fondo estás resentida de vivir en una cultura judeo-cristiana pero que le da más peso al cristianismo.

En el fondo no eres tan profesional como tu soberbia te quiere hacer creer. En el fondo eres tan POCO-PROFESIONAL, subjetiva que tu cultura sale a relucirse, ¿tus costumbres y valores no permiten reprimir tu odio?

Porque también expresarte de la forma que te expresaste de Gibson ES VIOLENCIA VERBAL.

¿Te enojarás de lo que te decimos si tu ejerces tu libertad de expresión en radio, televisión y en tu columna? 

Hollywood si puede tocar a la Iglesia Católica con sus historias de terror, porque eso sí, cuando tienen que hablar del demonio, de "la ouija" tocan a la religión católica para que se vea espectacular su trama con el agua bendita y el cura exorcizando a “la niña inocente”.

Hollywood si puede burlase de la religión católica como lo hizo con "El Código da Vinci".

Hollywood sí puede meterse con el cristianismo como lo hizo con "La última tentación de Cristo", que por cierto su director estrena una cinta sobre Jesuitas y ¡fue a presentarla al actual Papa al Vaticano!

Hollywood sí puede meterse con la comunidad Menonita, con los protestantes, con los Testigos de Jehova, con la comunidad negra, ¿pero no puede tocar a la judía?

Susana Moscatel, no creo que alguien se tome mucho tiempo en escribir sobre ti, nadie volverá a escribir de ti porque no has aportado nada nuevo a la industria del entretenimiento, no has sido buena persona, reconócete.

Esperamos que algún día le aportes algo a la humanidad y no sigas, desde la comodidad de una redacción, señalando y criticando como lo hacen todos tus colegas.

(1) HEY con Susana Moscatel. Lunes a viernes de 18:45 a 19:00 por Milenio Televisión.
Canal 914 del sistema de televisión de paga IZZI 

(2) “Hacksaw Ridge” cuenta la historia de Desmond Doss T (Andrew Garfield), el héroe de guerra que recibió una medalla de honor después de salvar a decenas de soldados heridos durante la batalla de Okinawa en la Segunda Guerra Mundial

(3) Dicho por Susana Moscatel en la emisión del lunes 5 de diciembre de 2016