miércoles, 18 de agosto de 2010

EL LEGADO DE JUAN PABLO II


…En tal situación vosotros, jóvenes, podéis preguntar justamente a las generaciones anteriores: ¿Por qué se ha llegado a esto? ¿Por qué se ha alcanzado tal grado de amenaza contra la humanidad en nuestro planeta? ¿Cuáles son las causas de la injusticia que hiere nuestra vista? ¿Por qué tantos mueren de hambre? ¿Por qué tantos millones de prófugos en diversas fronteras? ¿Tantos casos en los que son vilipendiados los derechos elementales del hombre? ¿Tantas cárceles y campos de concentración, tanta violencia sistemática y muertes de personas inocentes, tantos maltratamientos al hombre y torturas, tantos tormentos infligidos a los cuerpos humanos y a las conciencias humanas? En medio de todo esto encontramos también hombres aún jóvenes, que tienen sobre la conciencia tantas víctimas inocentes, porque se les ha inculcado la convicción de que sólo por este medio –el del terrorismo programado– se puede mejorar el mundo. Vosotros una vez más preguntáis:

¿por qué?

Vosotros, jóvenes, podéis preguntaros todo esto, es más, debéis hacerlo. Se trata, ciertamente, del mundo en que vivís hoy, y en el que deberéis vivir mañana, cuando la generación de edad más madura habrá pasado. Con razón, pues, preguntáis: ¿Por qué un progreso tan grande de la humanidad –que no puede compararse con ninguna época anterior de la historia– en el campo de la ciencia y de la técnica; por qué el progreso en el dominio de la materia por parte del hombre se dirige en tantos aspectos contra el hombre? Justamente preguntáis también, aun con miedo interior: ¿Es quizás irreversible este estado de cosas? ¿Puede ser cambiado? ¿Podremos cambiarlo nosotros?

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