Desgraciadamente todos recordamos el penoso maratón donde el ex candidato a la presidencia Roberto Madrazo hizo trampa. ¿Por qué recordar el desafortunado evento? Parece que es costumbre en este país el “hacerse el vivo”.
El domingo pasado se llevo a cabo el maratón de la Ciudad de México donde nuestra distinguida presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Alejandra Barrales (y pre-candidata a jefe de gobierno del Df) participo y corrió los últimos 7 km en 13 minutos (cuestión muy poco probable, porque sería más rápida que Ana Gabriela Guevara).
Sin aparecer en ninguna foto de las marcas parciales de los 40 kilómetros. No se explican cómo llegó en ese tiempo al kilómetro 42, teniendo como tiempo final 4.18:21 (Fórmula Deportiva).
Un dato más que pone en duda su participación, es el video de youtube donde la legisladora aparece cruzando la meta cuando el cronómetro marcaba 4:33 minutos. (1)
Resulta sospechoso el tiempo que hizo Alejandra Barrales en los últimos 7 km, y la discrepancia entre el tiempo registrado y el que aparece en el video, con una diferencia de 15 minutos.
Puede parecer demasiado exigente comentar este asunto por una diferencia de los tiempos “tan pequeña”, pero el problema aquí, y lo que nos deja para reflexionar es el ¿por qué hacer trampa para algo tan sencillo y lleno de valores positivos como lo es correr un maratón?.
La diputada ya se defendió y argumenta que su participación fue de principio a fin:
“Están todos y cada uno bien corriditos (los kilómetros) y a las pruebas me remito, mañana mismo si quieren estoy dispuesta a echarnos otro”. (2)
Creerle o no ya es una decisión personal, lo penoso de este caso es que hasta las cuestiones más “pequeñas” sean manchadas con sospechas, y nos sea difícil (casi imposible) confiar en nuestros “mandatarios”.
“Están todos y cada uno bien corriditos (los kilómetros) y a las pruebas me remito, mañana mismo si quieren estoy dispuesta a echarnos otro”. (2)
Creerle o no ya es una decisión personal, lo penoso de este caso es que hasta las cuestiones más “pequeñas” sean manchadas con sospechas, y nos sea difícil (casi imposible) confiar en nuestros “mandatarios”.
Esto lleva a un cuestionamiento acerca de la situación que actualmente vivimos, y de la cual nos quejamos (sin reflexionar que también somos parte del problema).
¿Todos nuestros representantes son tramposos? ¿Es necesario hacer trampa para llegar al poder en este país? ¿Todo mexicano que llegue al poder es tramposo? ¿Todos los mexicanos hemos hecho trampa? ¿Los mexicanos somos tramposos? ¿Si los mexicanos somos tramposos, entonces tenemos al gobierno que merecemos?
Si nos molestan este tipo de acciones, necesitamos un cambio personal basándonos en el día a día, y no engañarnos a nosotros mismos, quitándonos de encima el dicho mexicano “el que no tranza no avanza” (no dando mordidas, dejar de copiar en los exámenes, respetar las filas largas sin meterse, no llevar más de 20 artículos en las cajas rápidas, etc.).
Cada quien sabemos en qué hemos hecho trampa, se necesita dejar esta forma de vida, para mejorar como sociedad.
“El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios”.(3)
(1) Observar el reloj derecho del video.
(2) La Crónica de Hoy, Jueves 1 de Septiembre, Jennifer A. Miranda
(2) La Crónica de Hoy, Jueves 1 de Septiembre, Jennifer A. Miranda
(3) Lucio Anneo Séneca, Filósofo Romano.
(4) Fuente: You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=HnmtfexSQNk
consultado: 1 de sep 2009.
(4) Fuente: You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=HnmtfexSQNk
consultado: 1 de sep 2009.
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