Para la eterna Irán Castillo Pinzón
Prefiero ver completo el programa Cosas de la vida que a una mujer con cejas depiladas
Alfredo Palacios
Se trata de un espectáculo que puede representarse desde el Palacio de Bellas Artes, pasando por la carpa más miserable del pueblo más olvidado; hasta un burlesque cerca de Garibaldi, dependiendo de la protagonista.
Lo único que no cambia, por el resultado, es el título:
El ritual inútil
La edad de la ejecutante de este chow (saludos a María Antonieta Gómez Rodríguez La Chilindrina), puede variar entre los 15 y 30 años.
El ritual lo vemos en los vagones del metro de la ciudad de México, en camiones en todo el país y cuando conducimos le echamos una mirada al carro de alado para ver:
Primero abren su bolsa para ponérsela en sus piernas. A decir del Abuelo Geno:
En el bolso de una chica menor de 21 años, uno puede encontrar casi todo, menos sentido común
Así cual Uri Geler (uno de los más grandes charlatanes del Siglo XX) empiezan el ritual de maquillarse y enchinarse las pestañas con ¡una cuchara! que después de 10 minutos no han doblado de puro milagro.
El tiempo de duración del performance por completo surrealista (entre 15 y 45 minutos) dependerá exclusiva y totalmente de la intérprete en cuestión.
Cuando se sienten satisfechas con el resultado le echan una última mirada a un minúsculo espejo y vuelven a cerrar el hoyo negro que tienen como bolsa.
Porque si una mujer tiene la belleza total de: Ingrid Anaid Ruiz Lozada, no le agregará ni un centímetro a su encanto personal.
Y si la realiza una: Gorda, bigotona, con un lunar en la nariz, boca o labios o una nariz descomunal o lo peor de todo con: Cejas depiladas
Lo más patético, irónico o chistoso del Ritual inútil, de nuevo, dependiendo de la protagonista es que: Algunas la practican a diario
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