miércoles, 12 de octubre de 2016

LAS HORMIGAS: UN EJEMPLO DE TRABAJO EN EQUIPO Por: Julián P. Palacio O.


Todos hemos visto a las hormigas trabajar; lo hacen muy coordinadamente y en equipos perfectos.

Las hormigas no necesitan tener un jefe que esté detrás de ellas persiguiéndolas para que hagan su trabajo; cada una de ellas sabe su función y la cumple sin estar argumentando “¿pero por qué debo hacer esto o lo otro? ¿eso es parte de mi contrato?” Ni ningún argumento similar.

Otra cosa es que las hormigas conocen muy bien su posición en la organización; ellas saben que su trabajo vale la pena y que su esfuerzo es en beneficio de todos los habitantes del hormiguero; ellas saben administrar los recursos y a veces toman parte de los mismos alimentos  para poder salir a buscar más.


Las hormigas trabajan mucho; normalmente las vemos que cuando se topan con otra hormiga de frente se acercan las antenas, recuerdo que de pequeño las veía y decía que eran muy amables pues se estaban saludando; pues según los científicos lo que hacen es que se pasan mensajes, instrucciones sobre el trabajo; las hormigas no tienen reuniones de 2 horas donde se sientan en una sala y los asistentes pierden el tiempo hablando de todo, menos del tema principal de la reunión.

Las hormigas no se ponen a quejarse porque el otro se atrasó ni le quieren echar la culpa de algo que ha salido mal a otra hormiga; incluso si el hormiguero se destruye por alguna razón, inmediatamente se ponen en acción para reconstruirlo.


Las hormigas trabajan calladas; en los hormigueros no existen grupitos, no se difunden chismes y se trabaja en armonía; ellas siempre están dando lo mejor de sí y trabajan duro en beneficio de su organización…

Es cierto que el tipo de organización como el de las hormigas es aplicable más directamente a un tipo de trabajo, obvio hay otro que sí requiere un liderazgo definido, pues los miembros necesitan ser dirigidos de manera formal, pero su lección de ser ‘jugadores del equipo’ tiene gran valor para todas las organizaciones donde el trabajo en conjunto es vital para el éxito de las mismas.

Pensemos en nuestras propias organizaciones y analicemos si le damos suficiente libertad a los miembros de las mismas para que puedan ‘actuar como hormigas’ y que cada uno tenga libertad de hacer las cosas, o mas bien los tenemos ‘amarrados por el cuello’ y no pueden dar un paso sin que sus superiores lo sepan. Esto es cuestión de ambientes de trabajo y de dar la posibilidad a cada miembro de la organización, ya sea empresarial, formal o informal a que se sientan motivados a aportar para un mejor desempeño del trabajo y con mejor enfoque en los resultados de todo el equipo.


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