miércoles, 3 de julio de 2019

EL MERCADO DE SONORA: ENTRE LA MAGIA, LA SUPERSTICIÓN Y LA IGNORANCIA Por Manuel Adame


Caminar dentro del mercado de Sonora, es encontrar la realidad que todavía vive el país. Los pasillos del mercado parecen cortos y estrechos por  la gran afluencia de gente que transita en las dos direcciones diariamente por estos.

Aquí se confirma que algunos mexicanos, desgraciadamente, tienen un alto grado de superstición; tal vez a consecuencia de la baja autoestima, de la inseguridad sentimental, la falta de educación e ignorancia suprema.

Todo lo anterior ocasiona "tener fe" en una loción, en un simple amuleto; creer que eso cambiará el rumbo de tu vida. La gente también espera, como se dice vulgarmente,  "quitarse la mala racha”. Lucrar con la necesidad de las personas siempre ha sido el negocio de ricos y pobres.

Porque una gran cantidad de personas buscan en el mercado de Sonora, todo tipo de accesorios  y servicios “para solucionar los problemas de la vida”.

Cualquiera puede pedir; limpias con gallinas negras y de sapos vivos; limpias de energía para los niños; limpias a distancia; limpias para casas, autos o establecimientos; lectura de tarot, de las cartas españolas, de la muerte, de la mano, del cigarro, del huevo o la lectura de la fotografía. 

Así también se puede ver locales que ofrecen ayuda para conflictos de juzgado, amarres y desamarres; pedir que se atraiga  al ser amado, a personas lejanas; además también se puede comprar amuletos especiales para la mala suerte y “curarse de espanto”. Todos estos servicios los ofrece, por ejemplo,  la que se dice llamar “doctora en ciencias ocultas”;  María de la Luz Janini, en el pasillo 6, en el local 23 del mercado de Sonora.

Hay una regla en la economía capitalista; es que “no habría oferta, sin la demanda”.

Es decir,  no existiría quien haga negocio, si no hubiera quien le comprara. 

En el Sonora podemos ver que esta regla se aplica debido a que dentro y fuera del mercado se ve a cientos de personas comprar y vender una gran cantidad de sprays, lociones, amuletos, libros, “tipo hágalo usted mismo”, para que los “interesados” realicen sus propias  “limpias” contra el desempleo, el desamor, la mala suerte, la mala vibra, las envidias. Estas promesas son ofrecidas a los clientes por los comerciantes a través de cartulinas, folletos o perifoneo.

Pero dentro y fuera del mercado no sólo podemos  encontrar accesorios para la brujería o santería, también abundan los venta de juguetes, al mayoreo y menudeo; todo tipo de comida rápida y barata, como quesadillas, huaraches, gorditas, tacos, tortas, chilaquiles. 

También es muy abundante los locales que ofrecen recuerdos para bodas, XV años, bautizos, piñatas para cumpleaños de niños, y diversos puestos de libros y revistas, de venta de ropa, almohadas, y pulseras.


Más adentro hay una sección de locales en el mercado de Sonora donde se venden animales (triste), algunos en peligro de extinción, algunos que parecen estar enfermos o que se enfermarán próximamente, debido a que se encuentran amontonados, encerrados en jaulas, con una pésima higiene.


Puede haber en una sola jaula de (1 metro X 1 metro) hasta 20 cachorros de perros de diferentes razas, colores y tamaños. 

Cuando se entra a la gran sección de animales, es difícil adaptarse al olor, el cual nos recordará al de un establo; el almacenamiento de perros, pericos, loros, higuanas, aves, víboras, arañas, conejos, gallinas, pollos y chivos, hacen que los olores de estos animales se mezclen y formen un “aroma muy poco común.

Sonora se construyó a raíz de que el mercado de La Merced (barato, surtido y muy céntrico) se volvió insuficiente para los capitalinos de la década de los cincuenta,; así que Sonora, y más adelante también "su hermano" el Mercado de Jamaica, “nacerían” para darle al ciudadano defeño (PERDÓN POR LA EXPRESIÓN) más opciones para comprar “bueno, bonito y muy barato” (como dice la gente dentro de estas plazas de comercio).

El mercado de Sonora fue inaugurado el 23 de septiembre de 1957,  por el presidente  de aquel entonces, Adolfo Ruiz Cortines junto con el jefe del departamento del Distrito Federal Ernasto P. Uruchurtu; este dato se puede comprobar en la placa conmemorativa que está junto a la administración del mercado.

El mercado de sonora está en la avenida Fray Servando Teresa de Mier, muy cerca del centro de la ciudad de México, tiene como “vecinos” a los mercados de Jamaica y La Merced, así también, muy cerca la zona de La Viga y  la Cámara de Diputados en la avenida Congreso de la Unión.

Hoy, por los pasillos, se puede escuchar ya a los locatarios y “diableros” platicar sobre el próximo aniversario del Sonora 

“Es que ya se acerca el aniversario joven, es pachanga segura, luego vienen artistas a cantar, hay comida, y baile seguro”. Dijo Alfredo Pérez, vendedor de aves tamaulipecas y sureñas. Y mientras decía esto, se acercó una familia compuesta por la madre, el padre, y dos hijos, los cuales miraban con asombro la variedad de aves que Pérez tenía a la venta en sus dos locales.

-“¿A cuánto sale joven?”, preguntó el padre de familia.

-“¿Cuál señor?”, dijo el locatario.

-“Esos de penacho amarillo”, señalando respondió al vendedor.

-“A mire esos son del estado de Tamaulipas y nos acaban de llegar, deme doscientos  pa persinarme”.

Si te gusta la Antropología, si te encanta lo ruidoso y populachero de un mercado como este, tienes que vivir la experiencia de visitar "Sonora", si no , mejor no vengas, porque la experiencia te va a parecer repulsiva.

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