lunes, 27 de enero de 2020

A un año, el gobierno de López Obrador no sabe qué hacer con el desabasto de medicinas. Por Irving Gatell


Ahora el gobierno va tratar de imponer la narrativa de que el desabasto es culpa de las farmacéuticas con intereses "monopólicos". Deja te platico cuál es la trampa en esta postura, y algunas cosas más sobre otro nivel de la guerra que, literalmente, tenemos contra la 4T.

Para decir que ciertas farmacéuticas incurren en prácticas monopólicas tienes que ser muy tonto o muy perverso. Las medicinas para el tratamiento del cáncer no son mejoralitos. Son productos complejos que no se fabrican en cada esquina.

En algunos casos, son medicinas que se tienen que fabricar bajo pedido. Es decir, el hospital hace las indicaciones específicas para un paciente específico, y el laboratorio prepara el medicamento para ese caso específico. Eso, por supuesto, no lo hace cualquier laboratorio.

Hay medicamentos que sólo los produce un laboratorio a nivel mundial, y en algunos casos ese tipo de laboratorios trabaja con contratos de exclusividad. Sólo le da la concesión de distribución a un laboratorio por zona o por país.

Por eso la distribución de medicamentos especializados no es algo tan sencillo como ir al mercado o a la farmacia del Sumesa y ver quién te lo puede vender más barato. La demostración contundente de que el gobierno miente en este tema es sencilla:

Las "farmacéuticas monopólicas" son las mismas que surtían a los hospitales del sector salud en los sexenios anteriores. Si el nuevo gobierno había detectado prácticas monopólicas o de corrupción, tenía que haber previsto sus movimientos para corregir las cosas.

Pero si después de un año el problema sigue presente y no hay medicinas, es porque el gobierno no tiene diagnósticos, y menos aún estrategias. Y lo de las prácticas monopólicas es una vulgar estrategia para lavarse las manos.

Ahora hay un problema de fondo con esto, y es el de las narrativas. ¿Quién va a imponer "su verdad" en esta guerra de comunicación? Ya sabemos que el gobierno va a bombardearnos con esta visión mitotera, y eso nos obliga a estar activos difundiendo los datos correctos, pero tenemos un severo problema de idiosincrasia: 

A los latinos en general, y los mexicanos en particular, nos encanta la demagogia del caudillo. Y tenemos un severo conflicto con la realidad. Nos gusta darle preferencia a las historias lindas, no a la cruda verdad.

Esa es la perversa ventaja que tiene López: Su historia de un presidente todo bueno que tiene que luchar contra las malévolas farmacéuticas tiene eco porque a mucha gente le encanta enredarse en este tipo de cuentos. Los que estamos alertas y en contra de ello tenemos un lío.

No sólo tenemos que contrarrestar la propaganda del gobierno, sino que tenemos que luchar contra un paradigma nocivo muy arraigado en nuestra población. Pero no podemos darnos el lujo de flaquear. Hay que seguir embarrándole a la gente los hechos objetivos.

Y el hecho objetivo en este momento es que, después de un año, el gobierno simplemente no sabe qué hacer con el desabasto de medicinas. 

Eso es, simple y llanamente, ineficacia en su máxima expresión posible.

Irving Gatell
@IrvingGatell

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