TRANSMILENIO DE BOGOTÁ: INSEGURIDAD Y TALENTO (VISIÓN DE UN MEXICANO) Por Manuel Adame

 

AL VIAJAR A la ciudad de Bogotá ENCONTRAMOS un transporte público, inseguro, caótico, con poca y CASI nula vigilancia. Es el Transmilenio, lo que los mexicanos conocemos como Metrobús.

En la capital de COLOMBIA NO ESTÁBAMOS COMO TURISTAS: teníamos puesto el chip de antropólogos. 

Lo anterior, porque Bogotá no se puede disfrutar como cualquier EXTRANJERO EXPLORADOR, esta ciudad ES TAN CAÓTICA que se tiene que mirar con una metodología antropológica.

Sí, en una de sus estaciones nos tocó presenciar el robo de un celular a las 6 de la tarde. El joven estudiante, víctima de la delincuencia, lloró y lloró, pero la policía en tuno no pudo hacer nada.

Pero NUESTRA SORPRESA FUE VISUALIZAR ALGO QUE NO SE DA EN MÉXICO: 

Los jóvenes que se suben a cantar EN TRANSMILENIO SÍ TIENEN TALENTO. La gente en su mayoría les aplaude, los apoya y reconoce que una buena voz se subió.

 

Y es que los que cantan en Transmilenio son muchachos que se suben con guitarra, micrófono, bocina y en general derrochan un talento impresionante; ellos se oyen muy bien a pesar del ruido urbano; ellos bailan, cantan y se dejan admirar.

Recuerdo que había un joven con la voz muy similar a la de Ricardo Montaner; me vienen a la memoria otro cantante callejero que tenía mejor tono que el vocalista del grupo Reik.

Algún productor de reality como "La Academia", algún ejecutivo de Netflix, algún productor de Televisa debe subirse en Transmilenio, ¡alguien debe subirse a comprobar que los cantantes urbanos de ese medio de transporte EFECTIVAMENTE CANTAN!

No son personas mediocres, no son colombianos sin talento que sólo provocan lástima, ¡no! La mayoría podría estar en un programa de televisión concursando.

Ya les dimos la idea, señores productores. Viajen a este país sudamericano y róbense todo su talento. 

Nota Final: Nosotros como si fuéramos bogotanos, al final de nuestro viaje, no nos quedamos con ganas e hicimos lo que los bogotanos muy comúnmente hacen: pasar el torniquete sin pagar.