Todos cantamos sus éxitos:
Te quiero tanto, Shabadabada, Enloquéceme, Un pie tras otro pie, Mírame a los ojos, No Es Obsesión, Vuela más alto, Aum aum.
Está demás y repetitivo decir que marcaron a toda una generación.
Crecimos con ellos y ellos con nosotros.
Pasando por su etapa en 1993 cuando se pusieron botas y se quitaron los tenis. Algunas de sus canciones fueron escogidas como número musical de los bailables escolares.
Hasta principios de los dosmiles como grupo el grupo malagradecido que quiso ser independiente y dejó a su mánager y creadora Julissa.
Lograron hacernos cantar en la regadera, en la cocina, en el auto, en la playa, en las fiestas infantiles y no infantiles.
Si acaso, podemos compararlos con fenómenos musicales como Timbiriche, Kabah y RBD.
Por otra parte, la historia se cuenta sola:
Tv Azteca intentó catapultar y posicionar a Mariana Ochoa en las telenovelas como “la nueva Thalía”.
Y hubo un momento en que Kalimba brilló más que los otros seis integrantes; los críticos decían que el grupo:
“Es Kalimba y sus coristas”.
Los OV7 fueron un fenómeno musical como nunca se había visto, quizás, repetimos, los que se asemejan a su éxito fueron Timbiriche, RBD y Kabah.
La fórmula de las bandas de POP como OV7 quizás ya esté explotada. Quizás tenemos que dejar pasar el tiempo para que pasen de moda las bellakas y bellakos; reguetoneros y reguetoneras.
Esperaremos a que algún día descansen en paz
El trap latino, el reguetón y el pop urbano.
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