Los niños y niñas suelen estar en las posiciones de mayor desventaja, ya que el entorno urbanizado de una ciudad se construye por adultos para su propio uso, para responder a sus necesidades diarias. Los beneficios de la vida urbana no alcanzan a la infancia (UNICEF, 2018: 22)
¿Esto es suficiente?, ¿será necesario un vagón amigable con las infancias?, ¿necesitamos cambiar el paradigma y poner énfasis en los menores de edad a la hora de planear, diseñar, construir y hacer políticas públicas dentro del sistema de transporte “metro"?
El problema de movilidad en la Ciudad de México continúa siendo estudiado desde las universidades e institutos de investigación, sin embargo, los cambios efectuados en las últimas décadas no han sido suficientemente efectivos para erradicar los diversos problemas en el transporte público o para erradicarlos en su totalidad.
Existen todavía problemas que son visibles y conocidos por todos como:
Acoso sexual, inseguridad, amontonamiento (que provoca violencia), fallas mecánicas y un largo etcétera.
Y ni hablar de lo que deseamos subrayar:
Pocas o nulas instalaciones para menores de edad.
Para ser amigables con las infancias, el metro de la CDMX necesita instalaciones para que LOS NIÑOS no tengan miedo A LAS MULTITUDES, no se extravíen, no se mareen y se movilicen con dignidad a sus casas o escuelas.
La movilidad EN MÉXICO Y EL MUNDO debería ser un derecho, porque:
La movilidad urbana es una práctica y una necesidad social, porque todos los individuos buscamos satisfacer nuestras necesidades por medio de la obtención de bienes y servicios; y para lograrlo, es necesario viajar a través de la ciudad.
En esencia, las razones son siempre las mismas: acceder a servicios y empleo, disfrutar de libertad de pensamiento y de libertad de acción, buscar apoyo institucional y vivir con tranquilidad en un ambiente urbano seguro y saludable. (UNICEF, 2018: 14)
“La movilidad representa: la posibilidad física de acceder a los bienes y servicios necesarios para una vida digna”. (SEDATU, 2020:21). “En las ciudades la posibilidad de tener oportunidades, educación y trabajo es mayor.” (UNICEF, 2018: 12)
UNICEF reconoce que para poder hacer frente al éxodo actual hacia los asentamientos urbanos deberíamos construir cada semana una cuidad nueva para un millón de habitantes, con diez mil dólares por familia. "Y si no resolvemos esta ecuación, no es que deje de llegar gente a las ciudades, que seguirá llegando, sino que vivirá en condiciones penosas."(UNICEF, 2018: 12)
Necesitamos las mejores mentes para intentar trabajar en la solución de este problema. (UNICEF, 2018: 12)
En la Ciudad de México tenemos alta concentración poblacional y sabemos que en este territorio se mueven las personas que no la habitan, la llamada “población flotante” que llega para trabajar, estudiar o hacer alguna consulta médica “va y viene”; es decir, regresa a su casa por la noche a los municipios colindantes del Estado de México, Morelos y Puebla. (2)
El Metro capitalino “representa la dualidad del progreso y el caos” (Serna, 2021). Caos que fue documentado en este blog (3), amontonamiento que llega a provocar pavor en algunos los infantes.
(1) Cada año, en el mes de diciembre, el Metro de Chicago a cargo de CTA (Autoridad de Tránsito de Chicago, su nombre en español) transforma un convoy en un “Tren de Santa Clos”. Una especie de trineo adornado y adaptado que se pasea por toda la línea café para agradar a los niños, y niñas, que viven dentro de esa urbe.
Lo que se logra es un fenómeno interesante; ya que, incluso, teniendo la familia (sus padres) autos particulares, los mayores de la casa por diversión, agradar a los más pequeños y ocio, deciden subirse a este sistema de transporte para esperar el paso y abordar el tren que se convirtió en un trineo navideño.
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