viernes, 20 de diciembre de 2024

URBANISMO QUE IGNORA A LAS INFANCIAS Por Fernando Martínez

UNICEF reconoce que arquitectos, ingenieros, y urbanistas no piensan en los menores de edad al momento de ejecutar diseños y construcciones.

Lo anterior, es un fenómeno que se puede visualizar en todo el mundo:

Los niños y niñas suelen estar en las posiciones de mayor desventaja, ya que el entorno urbanizado de una ciudad se construye por adultos para su propio uso, para responder a sus necesidades diarias. Los beneficios de la vida urbana no alcanzan a la infancia (UNICEF, 2018: 22)

Pocos son los casos donde sí se ha pensado en las infancias, pueden parecer “guiños de ojo”, pero creemos que es un ejemplo significativo. Esto es el metro de la ciudad de Chicago, donde en la época navideña el sistema de transporte CTA se transforma en un trineo y tren navideño. (1) 


En México, EN CUESTIONES DE MOVILIDAD, las administraciones estatales, locales, municipales y federales han olvidado a las infancias

Reconocemos que con el metro de la Ciudad de México se logró hacer un cambio significativo en la idiosincrasia del mexicano que vale mencionar:

El mayor logro de una administración es: “el vagón exclusivo para mujeres”.

Pero nos preguntamos: 

¿Esto es suficiente?, ¿será necesario un vagón amigable con las infancias?, ¿necesitamos cambiar el paradigma y poner énfasis en los menores de edad a la hora de planear, diseñar, construir y hacer políticas públicas dentro del sistema de transporte “metro"?  

El problema de movilidad en la Ciudad de México continúa siendo estudiado desde las universidades e institutos de investigación, sin embargo, los cambios efectuados en las últimas décadas no han sido suficientemente efectivos para erradicar los diversos problemas en el transporte público o para erradicarlos en su totalidad.

Existen todavía problemas que son visibles y conocidos por todos como: 

Acoso sexual, inseguridad, amontonamiento (que provoca violencia), fallas mecánicas y un largo etcétera. 

Y ni hablar de lo que deseamos subrayar:  

Pocas o nulas instalaciones para menores de edad

Para ser amigables con las infancias, el metro de la CDMX necesita instalaciones para que LOS NIÑOS no tengan miedo A LAS MULTITUDES, no se extravíen, no se mareen y se movilicen con dignidad a sus casas o escuelas.

La movilidad EN MÉXICO Y EL MUNDO debería ser un derecho, porque: 

La movilidad urbana es una práctica y una necesidad social, porque todos los individuos buscamos satisfacer nuestras necesidades por medio de la obtención de bienes y servicios; y para lograrlo, es necesario viajar a través de la ciudad. 

En esencia, las razones son siempre las mismas: acceder a servicios y empleo, disfrutar de libertad de pensamiento y de libertad de acción, buscar apoyo institucional y vivir con tranquilidad en un ambiente urbano seguro y saludable. (UNICEF, 2018: 14)

“La movilidad representa: la posibilidad física de acceder a los bienes y servicios necesarios para una vida digna”. (SEDATU, 2020:21). “En las ciudades la posibilidad de tener oportunidades, educación y trabajo es mayor.” (UNICEF, 2018: 12)


Sin embargo, nos enfrentamos al problema de la alta densidad poblacional concentradas en las grandes metrópolis que nos obligan a construir más a velocidades exageradamente rápidas.

UNICEF reconoce que para poder hacer frente al éxodo actual hacia los asentamientos urbanos deberíamos construir cada semana una cuidad nueva para un millón de habitantes, con diez mil dólares por familia. "Y si no resolvemos esta ecuación, no es que deje de llegar gente a las ciudades, que seguirá llegando, sino que vivirá en condiciones penosas."(UNICEF, 2018: 12)

Estos problemas exigen calidad profesional, no caridad profesional.  

Necesitamos las mejores mentes para intentar trabajar en la solución de este problema. (UNICEF, 2018: 12)

En la Ciudad de México tenemos alta concentración poblacional y sabemos que en este territorio se mueven las personas que no la habitan, la llamada “población flotante” que llega para trabajar, estudiar o hacer alguna consulta médica “va y viene”; es decir, regresa a su casa por la noche a los municipios colindantes del Estado de México, Morelos y Puebla. (2)

El Metro capitalino “representa la dualidad del progreso y el caos” (Serna, 2021). Caos que fue documentado en este blog (3), amontonamiento que llega a provocar pavor en algunos los infantes.

Las administraciones locales, municipales, estatales y federarles, deberán siempre velar por la protección, derechos y bienestar social de los más vulnerables; y falta mucho por hacer; necesitamos investigación científica, sinergia de instituciones con la sociedad civil para hacer de las grandes metrópolis mexicanas lugares donde los niños puedan desarrollarse física y mentalmente de manera saludable. 

NOTAS


(1) Cada año, en el mes de diciembre, el Metro de Chicago a cargo de CTA (Autoridad de Tránsito de Chicago, su nombre en español) transforma un convoy en un “Tren de Santa Clos”. Una especie de trineo adornado y adaptado que se pasea por toda la línea café para agradar a los niños, y niñas, que viven dentro de esa urbe. 

Lo que se logra es un fenómeno interesante; ya que, incluso, teniendo la familia (sus padres) autos particulares, los mayores de la casa por diversión, agradar a los más pequeños y ocio, deciden subirse a este sistema de transporte para esperar el paso y abordar el tren que se convirtió en un trineo navideño.



(2) Es por lo anterior que cerca de 4.6 millones de pasajeros se movilizan en el metro de la Ciudad de México, el cual recorre 2 millones 738 mil ,360 de kilómetros (INEGI, 2021) y se calcula que tan sólo en uno de los trenes puede transportar a poco más de 1,500  pasajeros . (García: 2022).  

(3) Yo esperaba el vagón y en el andén se agrupaba ya mucha gente. Llegó el convoy, la multitud se metió amontonada; yo, que mido 1.80 metros, quedé mirando para abajo y vi la cara de terror de un niño de aproximadamente seis años. No sólo vi pánico en una criatura, que no debería sentir esto a tan temprana edad, vi una realidad que vienen viviendo los niños en todos los países desde hace muchas décadas a causa del amontonamiento de personas en el transporte público.

Fue ahí donde comprendí que, si esto atemoriza a un infante, entonces esto no es lo normal. 

Y es que como sociedad ya nos acostumbramos a transportarnos como cerdos al matadero; nuestros gobiernos nos quieren bien apretados.

Después, la madre del niño, ¡mis respetos para ella!, lo cargó y al mismo tiempo le ordenó con voz segura:

"No, no te espantes" 

Y el niño se tranquilizó.

Después compartí mi anécdota en Facebook, y cuál fue mi sorpresa, que me llegaron comentarios de amigos (y amigas) que también recordaron que sus madres los subían al transporte público y ellos en verdad siempre lo sufrían. 

Fuente: Martínez, Fernando. (6 de noviembre de 2016). "El transporte público es hostil para los niños". El Abogado del Diablo, México. 
Encontrado en: 

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