Soy de la generación que creció oyendo que los video-juegos provocarían mi violencia y que la televisión me enajenaría a tal grado que comería mi cerebro. Crecí escuchando que si veía a Chespirito aprendería a poner apodos y a molestar al de enfrente de mi pupitre. Ninguna de estas cosas ocurrió.
Me siento a escribir estas líneas por la muerte de Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) y lo que ha ocasionado en twitter, por las columnas de opinión que ha generado este ícono televisivo antes, durante y después de su muerte. Diversas afirmaciones en contra de su legado me hizo reflexionar que yo estoy más neurotizado y traumado por el contacto social, que por la televisión. Sí, más por el contacto social. No soy el único, mi experiencia en un orfanato me dio la visión de que los niños que cuidaba estaban tan dañados porque:
“Papá borracho mató a golpes a mamá”
“Mi mamá se prostituye y se droga y no me cuida”
“Mi mamá murió y papá se volvió a casar con otra señora, esa señora no nos quiere a mí y a mis hermanos”
Algunos de los testimonios de niños que mínimamente tenían acceso a la televisión (una hora por semana) por la infraestructura y reglas del lugar donde vivían.
Jamás escuché a un niño decir que sentía odio porque lo vio en televisión. Nunca vi influencia de este medio electrónico en sus vidas con excepción de cómo imitaban las voces de los personajes de Bob Esponja y cómo les gustaba practicar futbol.
Crecí también escuchando (y hasta la fecha) que la televisión mal-educa a las personas, que provoca estereotipos y tergiversa la realidad de los mexicanos. Autores tan prestigiados como Giovanni Sartori en el Homo videns (que me tomé la molestia de leer)nos daban una pesimista perspectiva de lo que la televisión hacía con nuestros niños(1).
La Aguja Hipodérmica o Bala Mágica es la teoría con enfoque funcionalista de la década de los 30 que apoya tal afirmación y que deja de lado toda responsabilidad de parte de la audiencia. Fue en la década de los 60 que la teoría de Los Usos y Gratificaciones cuestiona qué hace la gente con los medios y no lo que los medios hacen con la gente.(2)
Fue Jesús Martin Barbero (Doctor en filosofía, con estudios de antropología y semiología, experto en cultura y medios de comunicación que ha producido importantes síntesis teóricas en Latinoamérica acerca de la posmodernidad) quien cambia el paradigma en: De los medios a las mediaciones. En su texto Barbero mira el otro lado del proceso de la comunicación llamado recepción, conformado por las resistencias y las variadas formas de apropiación de los contenidos de los medios. La comunicación se hace así cuestión de cultura, que exige mirar los mass media en un contexto más amplio, teniendo en cuenta las distintas redes que se configuran y los procesos que allí tienen lugar. (3)
Lo que Sartori jamás cuestionó en el Homo videns es el papel que juegan los padres, las escuelas e incluso las universidades en la re-educación del ser humano. Sí, porque al ser humano hay que re-educarlo, a los niños hay que re-educarlos. Decía Freud que los niños son perversos polimorfos. Pon a un niño de 2 años a jugar con uno de sus contemporáneos y pregúntate por qué no comparte sus juguetes, por qué siente envidia de sus posesiones y “no se toca el corazón” para compartir un pedazo de su felicidad. ¿Será que nacemos egoístas que con el paso del tiempo una “educación” nos lo quita?
En una conferencia de prensa un reportero increpó al creador de Los Simpsons, Matt Groening, diciéndole que si no creía que Bart era un mal ejemplo para los niños, a lo que Groening respondió con una pregunta y respuesta a la vez:
“¿Quieres que tu hijo no sea como Bart?, bueno pues que no tenga un padre como Homero".
En el año 2002 se estrenó la cinta "El crimen del padre Amaro", su más reacio crítico fue Jorge Serrano Limón ex-líder de la organización Pro-Vida. Recuerdo en ese entonces a los intelectuales gritar:
¡Es ficción idiota!
Porque una de las críticas a los personajes de Chespirito es que eran machistas, violentos y mediocres.(4) Hoy les grito a los intelectuales ¡Es ficción idiota!
Reza una premisa de los Estudios Culturales en Comunicación:
“Los medios de comunicación no son tan perversos, pero tampoco son tan inofensivos. Las audiencias no son tan perversas, pero tampoco son tan inofensivas”.
Algunos de mis profesores en la universidad me decían que nunca podrían competir con un documental de Discovery o National Geografic porque ahí estaban reunidos distintos científicos de diferentes disciplinas que provocarían definitivamente la mejor explicación, argumentada, resumida e investigada que pudiera dar el mejor profesor con maestría y doctorado en una clase de Harvard.
Uno de los Usos y Gratificaciones de los medios electrónicos de comunicación, no sólo la televisión, es hacer de compañía. Hoy la gente twittea por soledad como antes prendía la radio.
Y hablando de las nuevas tecnologías de la información, ahora tenemos que echarle un ojo a Facebook. ¿No es ahí donde también se ve y se lee desinformación, amarillismo, exaltación del ego, individualismo, banalidad, odio implícito o explicito, morbo y frustraciones disfrazadas? Aquí los emisores “somos nosotros” y no “un ente malo” como Televisa.
Los mensajes que transmiten los medios tradicionales están hechos por seres humanos. Los mensajes de Facebook y Twitter también.
Un día le argumente de buena manera a una maestra:
“Pensar en que la televisión cambie sus contenidos es pensar que Sabritas cambie sus productos a fruta picada”, es decir que el entretenimiento es inherente a la televisión como la grasa de las quesadillas de doña Juana es inherente a la “mala alimentación”
Dejemos de buscar culpables. La televisión no es la Secretaría de Educación Pública ni mucho menos un padre o una madre. Sé que en algunos casos así lo es y en esos casos lo lamento muchísimo.
Sé que existen testimonios recogidos por el FBI y distintas corporaciones estadounidenses que aseguran que autores de asesinatos, robos, se han inspirado en películas y series para cometer dichos delitos pero no creo que sean al 100% las incitadoras.
Hay que detenernos en tiempo y preguntarle al delincuente por su historia de vida, por su relación con sus padres, con sus compañeros de escuela, con sus amigos o conocidos.
¿No dichas personas llenaron de maldad su cerebro que cuando se encontraron con estos productos culturales se vieron en ellos reflejados sus sueños de destrucción?
El que se suicida, mata, roba o comete algún delito no lo hace por una decisión que le llega de la noche a la mañana. Tuvo que pasar muchos años y diferentes situaciones que los dejaron en esa coyuntura. Son muchos factores que se mezclan e influyen en distintos individuos que los llevan a tomar una decisión así.
Si no me creen vayan a los reclusorios y pregúntenles.
Hoy los científicos sociales todavía no se ponen de acuerdo en qué tanto perjudicaron los video-juegos al ser humano. Yo digo que gracias a la lógica de Nintendo, Atari y Zega puedo entender la lógica de un cajero automático, mi mamá de más de 60 años no.
Hoy gracias a la televisión pude comprender “la psicología de mi perro” y qué medidas tomar para mejorar su comportamiento. (Vi “El Encantador de Perros” en Animal Planet)
Sí, la televisión puede mostrarnos una imagen transformada de la realidad, como también lo hacen la radio y los periódicos. Y por supuesto que hoy las redes sociales nos muestran realidades distorsionadas.
Caín mató a Abel y el agresor no tenía televisión. La edad media, (nos cuentan) ,fue una de las etapas más obscuras de la humanidad; ignorancia, pobreza, plagas, guerra y un largo etc. ponen a este lapso de tiempo en la historia como el apocalipsis now
Lamento decir que la televisión está hecha por seres humanos. No es un ente aislado que, como el Hombre de Malvavisco de los Cazafantasmas, anda por la calle asustando gente entre los edificios.
La televisión es considerada por algunos comunicólogos como una institución hecha por humanos (vuelvo a repetir) siempre debemos analizar bajo qué cultura, valores, educación, etc están esos señores productores de contenidos que bajo esas influencias comunican lo que comunican.
Hagamos un acto de consciencia y seamos sinceros con nosotros mismos y reflexionemos qué tan “malos” hemos sido a causa de la TV. ¿no será, también que como mis amiguitos del orfanato hemos sido dañados por otros de nuestra misma especie que han usado como nosotros el propio albedrío?
Por último que Chespirito estaba en contra del aborto. Sería un cobarde y un mal agradecido si no.
Los intelectuales que lo critican pero no se tomaron la molestia de leer su autobiografía(5), la cual empieza contándonos cómo su madre por una confusión médica tomó una pastilla para combatir la gastritis, esto le provocó síntomas de aborto. El médico le ofreció a la futura madre la posibilidad de abortar a lo que ella se negó. (¡Hubiera abortado a uno de las máximas figuras de la televisión hispana!)
Así Roberto Gómez Bolaños comprendió el razonamiento que muchos anti-abortistas tenemos; si abortas posiblemente estarás abortando al inventor de la cura del sida o a un premio Nobel de la Paz.
(1) Giovanni Sartori. Homo videns. La sociedad teledirigida. Editorial Taurus. 5ta. reimpresión abril del 2003
(2) Se recomienda leer estas teorías. Wikipedia nos da una idea
(3)Así se describe al autor y su su obra en Wikipedia
(4) El chavo del 8 ¿Violencia, machismo y denigración? Sin Autor. Notimex. El Universal. Viernes 28 de noviembre 2014
Encontrado en: http://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/2014/el-chavo-del-8-violencia-machismo-denigracion--1058007.html
Fecha de consulta: Viernes 28 de noviembre 2014
(5) Roberto Gómez Bolaños. Sin querer queriendo. Editorial Aguilar. México. 2006