“Baños de hombres y de mujeres
¡Y a mí que se me reviente la vejiga verdad!
Oído cada 15 días en el Estadio Azteca
Por sentido común o lógica elemental un niño o niña menor de 10 años, no debe ir solo al baño en lugares públicos:
Cines, restaurantes, plazas comerciales, tiendas de autoservicio, hospitales, estadios, auditorios, teatros, salones de fiesta…
Las escuelas (tanto privadas como públicas) no entran en esta clasificación, porque se manejan de otra forma y se supone que son 100% seguras para los niños.
Partiendo de esta premisa (nada más en restaurantes):
¿Cómo se debe manejar el asunto cuando se tiene que llevar a un infante un sanitario público?
Lo obvio es que: La mamá, tía, madrina, hermana mayor, abuelita lo haga con la niña y El papá, tío, padrino, hermano mayor, abuelito con el niño a su respectivo baño.
Pero si el hombre no quiere o únicamente hay damas en la mesa, válido que metan al niño al de mujeres, porque al fin de cuentas, son mucho más decentes.
La polémica se da cuando uno de los arriba mencionados en particular:
Papá y abuelito acompaña a su hija/nieta al sanitario.
¿Qué tan sano o conveniente es hacer eso?
Hay que recordar que los mingitorios están a la vista de cualquiera que entre y que a veces uno sale fajándose la camisa o playera o subiéndose el cierre del pantalón, cuando sale del cubículo del escusado, antes de lavarse las manos.
Con o dentro de toda su inocencia, una niña, no tiene por qué ver ese tipo de espectáculos, de los cuales se le está tratando de proteger al acompañarla al baño.
Sería mejor pedirle el favor a una clienta que vaya entrando o a una empleada del restaurante y ella la lleve a hacer sus necesidades y esperar afuera a la niña.
Porque no.
