viernes, 23 de septiembre de 2011

“VER A IRÁN Y... DESPUÉS MORIR" por Carlos Bernal Romero

Dime, dime, dime ¿Qué es lo que quieres? Pero ya no juegues con mis sentimientos
La Capital en Movimiento al Carnal Marcelo            
          Desde los tiempos de Emilio Azcárraga Milmo (el cada día más recordado Tigre) la programación de Televisa, corresponde estrictamente a cuestiones económicas y comerciales.
                   
           Si un programa no tiene raiting, por lo mismo no es atractivo para los anunciantes, sale irremediablemente del aire, sin importar el tiempo que lleve transmitiéndose.
          
         Partiendo de esa premisa se realizan varias emisiones buenas o malas; duraderas o efímeras; ingeniosas  o para retrasados mentales, que alguna vez, vieron en Yahir, al mejor cantante de México.
          Como en Chapultepec y en San Ángel, distan mucho de ser unas hermanas de la caridad, sólo transmitirán emisiones comerciales, porque:
En hablando de dinero, todos somos de la misma religión
Así con la excepción de La rosa de Guadalupe y Como dice el dicho, de lunes a viernes y de 16:20 a 22:30, el Canal de las barras y las estrellas, transmite cinco telenovelas.
          ¿La razón? Es un género que desde que se ve la televisión en México (1950) ha producido excelentes ganancias, porque tiene un público cautivo, compuesto por:
          Hombres, mujeres, quimeras y americanistas.
Y al contrario de lo que ocurre en TV Azteca, su éxito radica en que no quieren inventar el género, porque saben que al igual que el fútbol, las telenovelas, ya están inventadas.
         Con todo  y todos (incluyendo su proselitismo a favor de la homosexualidad, por algo son los dueños del América), algunas veces, hemos estado en deuda con Televisa, cuando pasan telenovelas con Irán Castillo, como:
          Amar otra vez (2004)
          Haberla visto de lunes  a viernes de 17 a 18 horas a mediados de ese año y gratis, fue un placer que estuvo reservado a los que por una hora dejamos de ser mortales, para parecer por 60 minutos, una especie de semidioses.
Con su bellísimo rostro, que nos recuerda al de Gloria Mange, llenando toda la pantalla, nos sentimos transportados a otra realidad, donde sólo estamos ella y nosotros, sus fieles admiradores.
          Para corroborar que nuestra apreciación sobre la belleza de:
          Irán Castillo Pinzón
          4 de enero de 1977 (Veracruz, Ver) es correcta  y pertenece al selecto grupo de mujeres por las que:
          Nos pondríamos a trabajar y hasta la mantendríamos, sólo hay que apreciarla en Alborada (2005). Ahí está ella con su precioso  rostro y uno de los pares de cejas pobladas, más perfectas de todos los tiempos, que apuntala la teoría que más de uno, se niega a aceptar:
               Mujer con cejas pobladas, mujer bonita

          Hoy con 34 años muy bien cumplidos, como Irán es eterna,  sin dificultad y con toda naturalidad, puede interpretar  (en cualquier telenovela, película u obra de teatro) el papel de una adolescente de 14.         
          Entonces si a los argentinos se les ocurrió crear la Iglesia o religión Maradonista, nosotros a partir de hoy, haremos  la nuestra:
 Iglesia Iraniana de las Cejas Pobladas
          En la cual:
          Ella será la Virgen
            y Yo el Papa
          Porque:
          Ver a Irán y después morir

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