El 26 de julio de 2016, dos jóvenes jihadistas penetraron en la iglesia Saint Etienne-du-Rouvray, un suburbio de Ruán, del noroeste de Francia. Cuando el padre Jaques Hamel, un anciano de 86 años ya retirado que estaba reemplazando al cura africano de la iglesia, daba la misa de la mañana en este pueblito a 140 kilómetros de Paris; frente a sus tres fieles, los jóvenes lo mataron a cuchilladas y forzaron a uno de ellos a filmar el asesinato mientras el Padre gritaba “Satán, Satán”. Cercados por la policía, porque una feligresa consiguió huir, murieron al salir.
Los asesinos habían sido co-dirigidos desde Siria por un francés de Rennes convertido en jihadista y luego muerto tras un ataque aéreo de la coalición en Siria.
En 15 minutos "Perseguidos pero no olvidados", nos recuerda quién fue este sacerdote que tuvo un triste final en este mundo:
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