En algún momento de nuestra existencia llegamos a enfrentarnos a la verdad. Pasan los años, pero la vida parece no haberse olvidado de nuestras acciones; parece que ella nos espera, siempre a la mitad del camino, un tanto malencarada,con la mano en la cintura y en la mano, la cuenta que nos toca pagar.
El madurar, el saber que todo en la vida traerá sus consecuencias; es algo que se aprende más tarde que temprano:
Conducir a exceso de velocidad, abandonar los estudios, tener sexo sin protección, no hacer las cosas a tiempo, dejar el lugar de origen, renunciar a un trabajo o a un ser querido; nos traen secuelas.
Siempre "el cheque" que le debemos a la vida nos sabe amargo.
Quizás suene a cliché, pero es muy cierta la frase que las madres le llegan a decir a su hijos:
"La vida siempre nos cobra la factura"
Solo platica con los presos, con algún anciano, la mayoría de ellos habrán aprendido que: las acciones son como una operación matemática, siempre hay un resultado.
Siempre "el cheque" que le debemos a la vida nos sabe amargo.
Quizás suene a cliché, pero es muy cierta la frase que las madres le llegan a decir a su hijos:
"La vida siempre nos cobra la factura"
Solo platica con los presos, con algún anciano, la mayoría de ellos habrán aprendido que: las acciones son como una operación matemática, siempre hay un resultado.
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